Para muchos, la pandemia del covid-19 quedó en el pasado y consideran ya no hay que preocuparse del virus.
No obstante, si algo nos han demostrado los últimos días, donde según datos del Ministerio de Salud se han reportado 155 casos, un aumento del 70% si lo comparamos con la misma fecha del 2024, el coronavirus está más vivo que nunca.
Y a Eduardo Vega, uno de nuestros periodistas, se lo recordaron de la peor manera posible.
Eduar, como le decimos de cariño, vivió al rojo vivo una de las consecuencias más extrañas y poco conocidas de este virus.
“La señora se me enfermó y empezó con una tos fatal, pasó una semana entera con medicamentos y nada. Mucha flema, mucha congestión, durísimo”, contó.
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“Luego de compartir con ella el jueves 1° de mayo, tipo 5 o 6 de la tarde, me levanté para acomodar las cortinas y me mareé, pero no era ese mareillo que uno dice: ‘Ya y listo’, todo me empezó a dar vueltas feo y sentí que no era pasajero.
“Pasó uno, dos, tres minutos y seguía mareado. Rita (su pareja) me dijo: ‘Ahorita se le pasa’ y, en lo que me dice eso, me puse blanco y con los labios morados. Me comí un confite, me puse alcohol en el cuello y al rato se me pasó”.
Según nos explicó Eduar, pensó que el mal momento había quedado en el pasado, ya que había pasado una semana y no tenía ningún mareo. No obstante, el miércoles 7 la vio fea.
“Iba en moto, pasando sobre el puente de Hatillo 4 y empecé a marearme. Gracias a Dios, pude ponerme a un lado, sacar la pata de la moto y sostenerme con mis piernas.
“Al rato se me pasó, pero en lo que iba por el puente Juan Pablo II, antes de meterme a la pista, me volví a marear, me orillé y estuve ahí un ratito. Seguí hasta la entrada del San José Palacio y ahí me quedé.
“Pensaba: ‘¿Qué hago con la moto?’, mientras me seguí poniendo peor y peor, hasta que me valió la moto y pensaba: ‘Si aquí pasa una ambulancia, yo la paro’“, recordó.
A como pudo, llegó al parqueo del San José Palacio y le pidió ayuda a un guarda, quien le cuidó la moto, mientras él se sentaba a recuperar el aire.
“Me quedé en el lobby y me puse peor. Todo me daba vueltas, un guarda me preguntó cómo me sentía y en lo que hago a vomitar, me llevó al baño. Yo iba agarrándome de las paredes, como un borracho.
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“Al final no vomité, me refresqué un poco, y me fui para la Moreno Cañas”, relató.
Una vez en la clínica, le dijeron que se trataba de un simple vértigo y lo mandaron empastillado para la casa. Pero su martirio estaba lejos de acabar.
Extraño
“Llegué a la casa y pasé miércoles, jueves, viernes y sábado mareado y vomitando. Pero cuando les digo que mareado, me refiero a levantarse a las 7 de la mañana mareado e irse a dormirse a las 10 de la noche todavía mareado.
“Volví a ir a la Caja y me volvieron a tratar igual y ahí fue cuando decidí pagar medicina privada.
“Fui el lunes 12, me movió para todos lados, me puso luces y no me mareé. Ahí fue cuando me recordó que el covid todavía anda en el ambiente y que era 99% seguro que era eso.
“A Rita se le fue para el bronquio y a mí se me fue a lo interno del oído”, explicó.
Pero, ¿esto puede pasar? Según nos explicó la doctora María Luisa Ávila, exministra de Salud e infectóloga, si bien es poco común, los síntomas son muy variados y hay casos registrados de personas que sufren vértigo por el coronavirus.
“Depende de qué tan grave le dé el covid-19. Si hay mareos y hay vértigo, puede haber un compromiso del sistema nervioso central”, detalló.
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En una investigación publicada en mayo del 2023, en la Biblioteca de Medicina del Centro Nacional de Información Biotecnológica de los Estados Unidos, se llegó a la conclusión de que el vértigo puede ser un síntoma o una secuela del covid-19, y se debe a que el virus puede afectar el oído interno, que es el que nos ayuda a mantener el equilibrio.
A la alza
Ahora, ¿a qué se debe esta alza en los casos de Covid-19? La doctora Ávila tiene tres razones:
“La primera, siempre la dijimos en la pandemia, y es que el virus se iba a volver un virus estacional, es decir, que va afectar a las personas en diferentes momentos del año.
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“Por el otro lado, la gente se dejó de vacunar. Usted ya no ve campañas de vacunación, ni siquiera grupos de riesgo y es importante vacunarse, para que el virus circule menos y afecte menos”, agregó.
Según nos explicó, ahora es necesario ponerse una vacuna de manera anual, ya que la dosis actual cubre contra la variante JN1, que es la que predomina en estos momentos.
“Lo que se ha visto con el covid es que predomina una variante, no circulan varias variantes a la vez, por eso solo se necesita una dosis específica para la variante predominante”.
Y tercero, se relajaron las medidas y las personas se han dejado de lavar las manos constantemente, va no se utiliza la mascarilla, ni se da el distanciamiento, todo esto ha llevado a que los casos de covid-19 vuelvan a alzarse.
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