Este domingo la iglesia recordó un episodio muy importante en la vida de Jesús.
En todas las misas del mundo se habló de la Presentación del Niño Jesús en el Templo y se va a mencionar que José y María llevaron ese día dos tórtolas para entregarlas.
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El sacerdote German Rodríguez, de la Catedral Metropolitana, cuenta que ese pasaje bíblico tiene dos personajes muy llamativos, que acompañan a José, María y el Niño Jesús.
“Este acontecimiento nos dice que el profeta Simeón y la profetisa Ana, inspirados por el Espíritu Santo, acudieron al templo el día en que Jesús fue presentado. El profeta había recibido un oráculo que decía que no moriría sin antes ver al Salvador, al Mesías.
“Ese día, por inspiración del Espíritu Santo, ellos se encontraban en el templo de Jerusalén, cuando José y María llevaron a Jesús a presentarlo. El profeta Simeón tomó en brazos al niño y dijo a Dios: ‘ahora, Señor, puedes dejar a tu siervo ir en paz, porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos’”, relató el cura.
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El religioso cuenta que Ana hablaba maravillas de Jesús, porque sabía que era el Hijo de Dios y que traería la salvación a la humanidad.
“Nosotros debemos seguir el ejemplo de la profetisa y, al igual que ella, hablar maravillas de Jesús, pero no solo con nuestras palabras, sino también con nuestras acciones, porque con el bautismo se nos encomienda evangelizar a nuestros hermanos”, dijo el padre.
Una ofrenda de una familia pobre
Las sagradas escrituras mencionan que el día de la presentación, José y María llevaron dos tórtolas para presentarlas.
“En Israel se acostumbraba que al presentar un hijo se llevara una ofrenda; en este caso, ellos llevaron dos tórtolas, dos pichones. Llevaron esa ofrenda tan humilde porque era lo que podían dar, era una familia pobre. Estaba reglamentado llevar la ofrenda para manifestar el gozo de un hijo.
“Ojalá los padres de familia no se olviden de presentar sus hijos delante del Señor y no solo a los 40 días de nacidos, sino siempre, sobre todo cuando se trata de acercarlos a la celebración eucarística, a la formación catequética. Ojalá que los padres cumplan no solo con la responsabilidad de ayudar a sus hijos en el ámbito académico, sino también en el ámbito espiritual”, manifestó el sacerdote.
La celebración de la Presentación de Niño Jesús en el Templo antes era conocida como la Candelaria, porque representa que fue presentada en el templo la luz del mundo, por eso en muchas parroquias aún se hacen procesiones con candelas.