Nuestros ojos son muy sensibles, por lo que debemos protegerlos de muchos factores, entre ellos el sol.
Los especialistas advierten el peligro que genera la exposición a los rayos solares, especialmente durante el verano, cuando son más potentes. Hay que cuidarse principalmente entre las diez de la mañana y las tres de la tarde, que es cuando el sol está más alto en el cielo y los rayos UV caen más directo sobre la Tierra.
Pero, ¿cómo podemos protegerlos? Lo ideal es utilizar gafas oscuras para evitar que los rayos nos peguen directamente en los ojos, así como de los reflejos. No se confíe en que solo en esas horas son necesarios los lentes, ya que durante las primeras horas del amanecer o al final de la tarde en el atardecer, también se convierten en un aliado importante.
Además, hay que tener en cuenta que dependiendo de si nos encontramos en el campo, la ciudad o la playa, la exposición solar es mayor o menor. En los dos primeros, la reflexión no llega ni al 10%, pero en la playa, se reflecta más del 75% de la luz, sobre la arena y el agua del mar.
Los síntomas de irritación en los ojos son: quemazón, sensibilidad a la luz, lagrimeo y sensación de tener una basurita en el ojo.
Recuerde que no basta con usar cualquier gafa, deben ser de calidad, por eso lo mejor es comprarlas en Ópticas Visión.
Fíjese que tengan 100% de protección UVA, tanto en la parte del frente como de atrás del lente y con los aros grandes (hasta los pómulos).
Si son muy viejos o están muy rayados, vaya cambiándolos.