La persona que llega a dejarle comidita exprés hasta su casa en moto o bici, a veces bajo un aguacero o con aquel solazo, vive en una precariedad laboral tremenda.
Esta afirmación la hace la Universidad Nacional (UNA) mediante un estudio que confirmó esa lamentable conclusión.
“El auge de las plataformas digitales de reparto ha significado una fuente de ocupación para un sector de la población costarricense. Sin embargo, los trabajadores están expuestos a la inseguridad, a accidentes viales, al incumplimiento en las condiciones de aseguramiento y acceso a una pensión, y a la generación de ingresos que no están acordes con la cantidad de horas laboradas.
“En resumen, es lo que un estudio de la Escuela de Economía de la Universidad Nacional (UNA) determina como precariedad laboral. Este trabajo, que contó con el apoyo de la organización no gubernamental alemana Friedrich Ebert-Stifung (FES), centró su análisis en los repartidores de la Gran Área Metropolitana (GAM)”, explica la UNA.
En ese estudio se entrevistaron a 375 repartidores, muestra que se extrae de las 15.407 personas relacionadas con esta actividad, de acuerdo con la Encuesta Continua de Empleo (ECE) del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) al primer trimestre del 2023.
En total, se recogieron datos de 6.691 puntos de ubicación, donde generalmente estos trabajadores suelen realizar sus labores.
Una de las conclusiones más relevantes del informe señala que a un 68% de los repartidores se les incumple la condición de aseguramiento, mientras que un 78% no cotiza para ningún régimen de pensiones.
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“Dicho grado de incumplimiento los coloca hasta 26 puntos por encima del porcentaje nacional. Incluso, un 94% de los trabajadores no asegurados manifiestan que poseen entre una y tres o más personas dependientes.
“Esto es lo que llamamos el efecto multiplicador de la inseguridad social, debido a que es muy probable que esas personas dependientes tampoco tengan acceso a este derecho”, confirma el estudio.
Le enviamos este estudio de la UNA a la gente de Uber y DiDi para que nos den su posición al respecto, pero todavía no nos responden.
“Completamente cierto”
Nos fuimos a hablar con algunos de los repartidores de comida que se parquean abajo de la rotonda del Rancho Guanacaste, en la frontera entre los Hatillos y Alajuelita, sobre Circunvalación y todos nos aseguraron que el estudio de la UNA es “completamente cierto”.
Por la necesidad económica todos prefirieron no dar sus nombres.
“Dios. Solo Dios es quien nos acompaña. Eso lo tenemos muy claro. Aquí no hay respaldo de nadie. No hay seguro, no hay extras, no cotizamos para ningún régimen de pensión. Estoy repartiendo comida hace tres años por necesidad.
“Cuando comencé, según creí escuchar, teníamos algún tipo de seguro de accidente, pero me he accidentado tres veces, en una de esas me quebré la muñeca y absolutamente nadie me ayudó. Las plataformas no dan nada, no les interesa sabe nada sobre los accidentes que tenemos”, comenta el pulseador, quien asegura que trabaja 16 horas al día y se gana entre 15 mil y 20 mil colones diarios.
Riesgos e inseguridad
Del total, un 75% utiliza motocicleta para repartir comida, mientras que un 19% usa una bicimoto, y un 6% lo hace en bicicleta.
“El informe destaca un comentario publicado en una red social el 25 de diciembre del 2022, por una persona, quien escribe: ‘Hola, hoy me accidenté en Ciudad Colón, iba a dejar dos entradas de Uber y como el impacto fue muy fuerte estoy internado en el hospital y Uber me bloqueó, que injustos’.
“Como respuesta, el usuario hizo público un pantallazo donde la empresa indicó, ‘la cuenta está bloqueada’, porque la entrega del pedido no fue completada, sin verificar que este caso se trató de un accidente”, da como ejemplo la UNA.
Casi la totalidad de los repartidores encuestados (96%), aseguró no haber firmado un contrato ni aceptado términos y condiciones para comenzar a realizar la actividad. Mientras que el 65% indica conocer que pueden ser excluidos de la plataforma sin previo aviso.
El informe de la UNA critica duramente que algunas empresas establecen que no existe relación laboral ni de subordinación con los trabajadores, quienes son calificados como “terceros” que por su propia cuenta proveen servicios de entrega.
“Aun cuando los repartidores deben cumplir con una serie de requisitos para poder realizar las entregas, además de la mediación de la plataforma digital, se cuestiona la independencia a la que apuntan.
“Sumado a lo anterior, pareciera que la reglamentación interna de este tipo de empresas tiene la capacidad de colocarse por encima de la legislación nacional”, reconoce el estudio.