Mientras otros niños de su edad sueñan con ser futbolistas, policías o astronautas, Saúl Víquez Castillo, de apenas 7 añitos, sueña con cantarle toda la vida a la Negrita de Los Ángeles. Y no lo dice por decir: lo vive cada día, cada mañana, cada noche.
Este chiquitín, vecino de Tierra Blanca de Cartago, cursa primero en la escuela Jesús Jiménez Oreamuno y desde que aprendió a hablar también empezó a cantar. Pero no canta cualquier cosa. Su repertorio está lleno de canciones marianas, esas que le llegan directo al alma.
“Me gusta mucho visitar la Basílica de Los Ángeles. Siempre quiero estar con la Negrita. La amo desde que nací”, dice con real amor y con una seguridad que sacude a cualquiera.
Lleno de fe
Doña Carmen Castillo Vega, su mamá, cuenta que desde que Saúl era un bebé lo dormía con cantos a la Virgen, incluso cuando estaba en la pancita le cantaban el himno de la Negrita. Así fue naciendo ese amor tan puro y tan fuerte por la Patrona de Costa Rica.
“Desde que empezó a hablar le enseñamos el amor a Dios y a su madre, la Negrita. Él le canta cuando se alista para ir a la escuela, cuando va en el bus, cuando va a dormir... ¡todo el día!”, cuenta entre sonrisas.
Su esposo, don Adrián Víquez Soto, también se emociona al ver cómo el pequeño vive con tanta entrega cada 2 de agosto.
“El año pasado hizo la romería completa, desde el cruce del Cristo en Cot hasta la Basílica, son como 18 kilómetros. Al final decía que le dolían los pies, pero que la fe lo hizo llegar”.
Trabajar para la Negrita
Saúl no solo canta, también sueña. Sueña con trabajar algún día para la Virgen. “Si Dios lo quiere para sacerdote, que le abra todos los caminos. Él nos ha dicho que le gustaría ser sacerdote”, dice su mamá muy emocionada.
Y es que este pequeño ha dejado claro que su vocación mariana va en serio. A partir del 8 de agosto empezará el catecismo en la misma Basílica de Los Ángeles, porque él mismo les pidió a sus papás que quería prepararse ahí.
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“Yo le dije a la Virgencita que si ella quería que él entrara, la decisión la ponía en sus manos. Y lo aceptaron. No hay duda de que ella lo quiere cerquita”, cuenta doña Carmen, profundamente agradecida.
El himno que lo inspira
El año pasado, Saúl tuvo la oportunidad de cantarle a la Negrita el Himno a Nuestra Señora de Los Ángeles durante una grabación para el semanario católico Eco Católico, y desde entonces no ha parado.
“No sé exactamente de dónde le nació tanto amor, pero es real. Le brota. Le nace. Es un amor puro que hasta nos ha hecho a nosotros, los papás, aprender canciones marianas para cantarlas con él”, cuenta su mamá.
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La familia no descarta que pueda presentarse más adelante en actos religiosos. Si alguien desea contactarlo, puede llamar al 8742-9330. “Todavía le da un poquito de pena, pero sí se animaría si es para cantarle a la Virgen”, dice doña Carmen.
Bendición del cielo
Saúl no solo es un niño de fe. También es un excelente estudiante. Saca buenas notas, es obediente, noble, alegre.
Todo eso, dicen sus padres, es parte de las bendiciones que la virgen ha derramado sobre su hogar.
“Nos sentimos muy bendecidos. Él es un niño muy especial, lleno de luz. Y saber que esa luz viene de su amor por la Negrita es algo que no se puede explicar con palabras. Solo se siente... como se siente cuando lo escuchamos cantarle”, dice la mamá.
Porque sí, mientras muchos adultos andan buscando el camino de la fe, este niño de Tierra Blanca ya lo encontró.
Por cierto, Saúl significa “Pedido a Dios”.