La Sala Cuarta (Sala Constitucional) apoya a un trabajador de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) que le tiró durísimo al jefe y a las condiciones laborales mediante un posteo en Facebook.
Se declaró parcialmente con lugar al recurso de amparo que presentó el breteador de la CCSS a quien después del jeterazo que se echó en Facebook le abrieron un proceso administrativo, por eso, el trabajador metió el salacuartazo, asegurando que se le estaba violando su libertad de expresión por haber hecho una publicación en su cuenta personal (el 25 de julio del 2020).
Una parte del posteo del trabajador dice: “el clima laboral tan malo en que laboramos a causa de la mancillación y opresión del señor administrador hacia los trabajadores y de las denuncias presentadas y los resultados siempre han sido negativos para el personal. Nosotros no pretendemos como dicen algunos, no querer trabajar y que se nos pague por hacer nada, si se denuncia que nos tienen muchas horas sin hacer nada y que se contrata servicio por terceros para favorecer unos cuentos, es porque deseamos trabajar y ganarnos nuestro salario dignamente como Dios lo manda en un ambiente digno y con una jefatura que valore y respete a los trabajadores”.
Los magistrados de la Sala Cuarta fueron muy claros en que “ni siquiera un interés público” puede limitar o restringir los derechos fundamentales de un funcionario. Consideran los magistrados que los jefes de una institución pública al estar expuestos, precisamente, al público, deben “tolerar la crítica no dañina o antijurídica” de quienes son usuarios del servicio público, administradores en general y de los propios trabajadores.
“Ningún funcionario público puede ser inquietado, perseguido, recriminado o sancionado por expresar sus opiniones, ideas, pensamientos o juicios de valor acerca de la gestión del ente público o las actuaciones de otro funcionario público”, advirtieron los magistrados.
Al trabajador que puso el salacuartazo le tienen que pagar todos los gastos legales que haya tenido y los daños causados por la situación. Lo que se conoce como daños y perjuicios.