La familia Espinoza Flores vive en la urbanización Mar Azul, en Montes de Oro de Miramar, Puntarenas. Ellos pasan con el pelo parado porque un fantasma no los deja en paz y los atormenta día y noche.
A esta casa puntarenense llegamos por recomendación del grupo Cazadores de Fantasmas e Historias del Más Allá, quienes querían demostrarnos con hechos reales que en nuestro país los espíritus y apariciones paranormales están a la orden del día.
En la casa viven doña Juanita Flores y don Manuel Espinoza; ellos tenían un hijo especial quien falleció hace un año, pero incluso estando él vivo ya se sentían vibras extrañas, soplos al oído, escuchaban sonidos y susurros. Incluso, quienes llegan a visitarlos han sentido cosas raras.
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“Yo no he presenciado nada, pero en ocasiones sí he escuchado el portón donde lo quieren abrir y no es nadie. Hay momentos en los cuales nos llaman y al salir no hay nadie ni en el corredor. A mi hija le han susurrado al oído y en una ocasión se le sentaron a la par en el sillón y cuando ella volvió a ver no era nadie, pero sí sintió la presencia” nos dijo don Manuel.
Todo comenzó en el 2010.
La familia Flores-Espinoza logró la casita en el 2004 por medio del bono de vivienda. El matrimonio tiene muy presente el año 2010 porque fue a partir de entonces que todo comenzó a descomponerse y el fantasma inició las manifestaciones que se mantienen hasta el día de hoy, porque hace unos dos meses una vecina, que se llama Vera, estaba arrescostada en uno de los sillones de esa casa y sintió que alguien se le sentó en la frente, de inmediato pegó un brinco del susto y salió corriendo.
Doña Juanita, desde el 2010, viene sintiendo que alguien le respira al óido, sobre todo cuando se sienta en el sofá que está frente al televisor en la sala. Hace 22 días fue la última vez que lo sintió y así le pasa como unas dos veces al mes.
“Yo lo que he sentido son como soplos a la par mía y en una ocasión sentí como a una persona o algo atrás mío en la cocina. Ni siquiera volví a ver porque soy muy nerviosa y salí corriendo para decirle a mi esposo lo que me pasó.
“Otro día sucedió que de un pronto a otro se le subió todo el volumen al televisor así de la nada. Yo estaba sola en la casa. Cosas como esas son las que no podemos explicar, por eso no duermo tranquila y me dan las doce de la noche y me cuesta dormir” dijo con amargura y temor doña Juanita.
El tío es vidente.
Un tío de doña Juanita, llamado Miguel Ángel Flores, es un hombre que desde los 20 años ha presenciado y visto imágenes extrañas que incluso lo han tocado y llamado sin ni siquiera poder ver el cuerpo de la persona. Él se cataloga como una persona capaz de ver a los espectros del más allá.
“Desde que tenía 20 años se me presentan sombras y personas que otros no pueden ver. A nadie le digo cuando los veo porque algunos no me creen, poder ver seres fantasmales es como una maldición, porque el gran problema es que yo los veo pero nadie me cree. En una ocasión se me presentaron demonios y me asusté mucho, me puse muy nervioso”, afirmó don Miguel.
En la casa de Miramar, don Miguel ha sentido la presencia de una persona. No la puede definir, dice que es como una sombra extraña y pequeña que la siente cerca cuando está en el corredor, pero que hasta el día de hoy no se le ha presentado de forma más definida.