Se ha dicho mucho sobre nuestras esferas de piedra. Los charlatanes aseguran que no son de nadie, es decir, que no se sabe quiénes las fabricaron.
Otros más desubicados sostienen que son obra de marcianos y la prueba de que la Atlántida estuvo en América.
Quienes sí las conocen, porque las han estudiado en serio, tienen respuestas claras. Este es el caso de la antropóloga y arqueóloga Ifigenia Quintanilla, directora del Museo Nacional y la mayor experta que tiene el país en esferas precolombinas.
De la mano de Ifigenia hicimos un recorrido por la historia de estos tesoros que hallamos en cuatro sitios arqueológicos que hace ocho años fueron declarados Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Unesco.
Son Finca 6, Batambal, El Silencio y Grijalba, que están en el delta del río Diquís, en el cantón de Osa, y en todos hay esferas.
¿Qué son las esferas de piedra?
Son esculturas precolombinas de forma esférica muy cercanas a la perfección. Fueron fabricadas en roca muy dura, algo parecido al granito. A muchas de las más de trescientas que hay se les dio tratamiento de acabado en la superficie que les dio un textura fina y casi pulida.
¿Cómo nuestros indígenas del sur les dieron esa forma redonda casi perfecta?
De acuerdo a los datos que hay, estas esferas fueron esculpidas con una talla directa con instrumentos de piedra.
¿Qué no son las esferas?
No son marcianas, extraterrestres, ni cayeron del cielo. No son meteoritos que de casualidad golpearon la Tierra y no las hizo una cultura de otro planeta con tecnología muy avanzada para que el ser humano la comprenda.
¿Por qué dice en un video el famoso escritor español Juan José Benítez que son de nadie?
Porque Juan José Benítez es pseudocientífico y (lo hace) para efectos comerciales de venta de ese CD que sacó hablando de las esferas de Costa Rica. Sí son de alguien: son de Costa Rica, las hicieron aquí, científicamente está comprobado.
A algunos les sirve más para sus ventas alimentar rumores mágicos o alienígenas, pero nada que ver.
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