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Sufrió abusos, fue indigente y hasta estuvo en la cárcel pero Dios lo transformó

Jonathan Jesús cambió su vida y desde hace nueve meses asiste a la iglesia y le canta al Señor

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Jonathan Montero fue indigente, estuvo preso y luego de un accidente se convirtió al cristianismo. Foto: Keyna Calderón (Keyna Calderón)

Desde que nació fue encomendado al señor porque su mamá lo bautizó Jonathan Jesús Montero Corrales y, pese a que estuvo mucho tiempo metido en drogas y malos pasos, finalmente el propósito de Dios se está cumpliendo en su vida.

Este hombre de 35 años y vecino de San Rafael de Quircot en Cartago, nació y creció en una familia disfuncional, con problemas de drogas, alcohol y agresiones. Eso lo hizo sentirse triste y rechazado en los primeros años de su vida.

Desde los siete años y hasta los diez fue víctima de abuso sexual por parte de un hombre para el que trabajaba. Eso lo llevó a probar las drogas a los 11 años y desde entonces le fue difícil dejarlas.

“Siendo un adolescente me convertí en un indigente, dormía en un corredor y me tapaba con una cobija que se me pegaba a la piel que tenía en carne viva”, narró Jonathan.

"Recuerdo que un día una señora me dio una rata muerta haciéndome creer que era comida, lloré demasiado y le pedí a Dios que me sacara de las drogas porque no quería seguir sufriendo, lo cual me concedió y logré dejarlas por cuatro años (de los 16 a los 20)”, comentó.

Pero la muerte de su hermano mayor al que veía como un padre, durante una agresión en un partido de fútbol, lo hizo recaer.

“Me sentía con el corazón vacío, no tenía a Dios y recaí nuevamente en las drogas y empecé a robar. Era como un zombi, despreciado e ignorado por la sociedad”, contó.

Lo condenaron a 12 años de cárcel por robos y estuvo recluido en la cárcel de Cocorí, en Cartago, ahí tomó la decisión de retomar sus estudios.

Jonathan vivió por muchos años en la indigencia por el consumo de drogas. Foto con fines ilustrativos: Rafael Pacheco (Rafael PACHECO GRANADOS)

Lo que finalmente lo llevó a los caminos de Dios fue un accidente en moto, en el que se le partió el casco en dos, pero a él no le pasó nada.

“Desde ahí prometí servirle a Dios y cantarle para llevar su mensaje al corazón de muchas personas”, explicó.

Desde hace nueve meses asiste a la iglesia Visión de Impacto, en La Lima de Cartago, y desde hace dos años no consume drogas.

"Quiero que sepan que Dios puede restaurar todo si uno dispone el corazón. El mensaje que le doy a los niños y jóvenes es que valoren y honren a sus padres, que se amen a sí mismos y respeten la vida de las demás personas. Les aconsejo que estudien y se esfuercen por sus sueños”, indicó.

Actualmente asiste a un grupo que se llama Ángeles de Luz (compuesto por personas de diferentes iglesias) que se dedica a llevar amor, comida, abrigo, una voz de esperanza y testimonios a personas que viven en las calles en Cartago y hace pocos días realizaron un proyecto para repartir útiles a 50 niños que viven en pobreza y después de la actividad Jonathan cantó.

Karen Fernández

Karen Fernández

Periodista con una licenciatura en Producción de Medios. Forma parte del equipo de Nuestro Tema y tengo experiencia en la cobertura de noticias de espectáculos, religiosos, salud, deportes y nacionales. Trabajo en Grupo Nacion desde el 2011.

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