Es muy importante tener claro que las consecuencias del divorcio muchas veces dependen de la causa que lo originó. Por ejemplo, un divorcio por infidelidad generalmente es más difícil de manejar y de sanar que un divorcio por incompatibilidad de caracteres.
Un divorcio por una adicción es muy diferente a un divorcio por una mala administración financiera. Muchas personas quedan tan heridas y por ende lastimadas, que nunca más desean volver a ver a su expareja.
Otras personas, inclusive después del divorcio, quedan como amigas. Por eso nunca se podrá tirar una linea recta, ya que la conducta humana es y será siempre muy impredecible; por lo tanto es muy difícil de emitir criterios.
En algunos casos las personas divorciadas se vuelven a casar una vez que pasaron varios años, porque el perdón funcionó y el nuevo amor fue más fuerte que las viejas heridas; en otros casos el amor está pegado con cinta adhesiva y cualquier situación adversa lo rompe o lo quiebra.
Como cada divorcio es muy diferente, se vuelve importante no buscar criterios ni en la familia, ni en los amigos. Lo que se necesita es buscar ayuda que sea objetiva y por lo tanto imparcial. Mi recomendación es la de utilizar todos los medios disponibles para evitar llegar a la conclusión más dolorosa que tiene la relación de pareja y que es el divorcio.
La próxima semana seguiremos con el tema del divorcio, hablaremos del daño que se les hace a los hijos cuando un matrimonio se parte en dos.
Si tiene dudas con su pareja o en pareja, pueden consultar a don Róger Valverde al: 8660-3215.