En cada año que termina se acumulan experiencias buenas, malas y regulares. Necesariamente debe haber en nosotros un deseo implícito de ser mejor persona. Esta decisión se va a reflejar en ser mejor pareja, padre, hijo, ciudadano y sobre todo, un mejor hijo de Dios.
Por eso es tan importante que en esta loquera de consumismo que normalmente trae diciembre, hacer un alto y buscar un espacio individual para autoanalizarse y tener los objetivos claros respecto a los defectos de conducta, de actitud, de temperamento o de carácter que tanto le han lastimado, así como a todos los que le rodean: esposa, hijos, familiares, amigos, compañeros de trabajo.
No se vale ir por la vida lastimando a los demás, lo digo por experiencia propia, es fundamental hacer un alto y comenzar de nuevo, tan importante como lo es la ayuda de los demás, pero sobre todo buscar la ayuda de Dios y como dice La Biblia: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”.
Nunca diga que no puede cambiar porque para hacerlo lo único que necesita es querer. Si usted quiere el cambio llegará, puede ser rápido o tardar un tiempo, pero con mucha voluntad es suficiente para que al cierre de este 2017 la frase ¡Feliz Año Nuevo! no sean solo palabras y se conviertan en un deseo profundo dentro de su corazón, mente y espíritu para ser una mejor persona en el 2018.
De usted depende si el Año Nuevo seguirá siendo como el Año Viejo o si realmente todo va a ser nuevo y diferente.
A don Róger Valverde puede ubicarlo en el 8660-3215.