Un hombre deportado de EE. UU., de nombre Randall Gamboa Esquivel, volvió a Costa Rica el pasado 3 de setiembre tras ser detenido por no tener los papeles al día. Sin embargo, lo que debió ser un retorno normal se convirtió en una tragedia: llegó al país en una condición en la que ninguna familia quisiera ver a un ser querido.
Su hermana, Greidy Mata Esquivel, relató a La Teja el dolor y la frustración vividos en los últimos meses.
Dos temporadas en Estados Unidos
Greidy recordó que Randall había viajado en dos ocasiones a Estados Unidos, donde trabajó como operador de maquinaria pesada. Sin embargo, en diciembre de 2024 fue arrestado por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE). Una semana después logró comunicarse con su familia.
Misteriosa desaparición
Según su hermana, Randall estuvo detenido en el condado de Webb (Texas), desde donde podía hacer videollamadas varias veces al día. De esa forma, mantenía informada a su familia sobre los procesos judiciales a los que asistía.
El 12 de junio pasado, sin embargo, la comunicación se cortó. “De un pronto a otro se nos desapareció. Lo llamábamos a esa aplicación desde donde nos hacían las videollamadas, pero decía que él no estaba disponible. Empezamos a movernos, a llamar para preguntar por él, pero nos lo escondían”, relató Greidy.
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“Nos decían que él no quería hablar con nosotros. Fui a la Cancillería y del guarda no me dejaron pasar, pero insistimos, prácticamente los acosamos y luego nos dijeron también que, supuestamente, mi hermano no quería tener contacto con nosotros, eso les decían las autoridades estadounidenses, pero sabíamos que había algo extraño”, agregó.
Hallazgo en estado crítico
Ante la incertidumbre, la familia buscó ayuda. Una amiga estadounidense de Randall, llamada Georgia, contactó a una abogada para que investigara. En agosto llegó la noticia que temían.
“Ella logró encontrar a mi hermano y lo que nos dijo fue: ‘lo encontré apenas vivo’. Estaba en un centro médico, en cama, en estado vegetativo con una encefalopatía, una rabdomiólisis y un sinfín de padecimientos”, narró Greidy.
Gracias a la abogada, las autoridades de Estados Unidos deportaron a Randall. Sus familiares lo recibieron en el aeropuerto Juan Santamaría y lo trasladaron al hospital San Juan de Dios.
Un diagnóstico devastador
La hermana de Randall contó que los médicos enviaron una epicrisis en la que se detallaba que él sufría enfermedades como cirrosis hepática, algo que nunca había tenido.
“Un día después de su llegada lo enviaron al hospital Escalante Pradilla, porque él es de Pérez Zeledón, ahí está internado todavía. No puede hablar, no puede caminar y el pronóstico es reservado; se alimenta por medio de una manguerita que tiene en el estómago”, explicó.
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“No sabemos si él nos reconoce, qué siente, si es consciente de lo que está pasando. No sabemos qué pasará por su cabecita, si tiene reflejos. En algunas ocasiones él se queda viendo, por ejemplo, la luz, y empieza a llorar”, añadió conmovida.
Llegó con 56 úlceras
La condición médica de Randall era crítica. Según su hermana, llegó con 56 úlceras en el cuerpo. “Por dicha, gracias a la atención médica que ha recibido, que ha sido excelente, ya algunas han sanado”, comentó.
Los especialistas están evaluando qué condiciones pueden mejorar y cuáles serán irreversibles. Lo más probable es que el paciente necesite terapia intensiva para volver a hablar, caminar y realizar sus actividades cotidianas.
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Exigencia de justicia
Pese al dolor, la familia mantiene firme su lucha por esclarecer lo ocurrido. “Necesitamos que nos expliquen, que alguien nos ayude a esclarecer lo que le pasó a mi hermano, porque migrante o no, es un ser humano y no merece el trato que a él le dieron”, afirmó Greidy.
“A mi criterio, a mi hermano lo agredieron, física, psicológica, médicamente, y a mí eso me parece un atropello a los derechos humanos, viniendo de un país que supuestamente ha sido cuna de los derechos humanos”, agregó.
Silencio de las autoridades
La Teja consultó a Casa Presidencial cuántos ticos han sido detenidos en Estados Unidos desde que Donald Trump asumió el poder en enero, y si se han reportado malos tratos. La respuesta fue que la consulta debía hacerse a Cancillería.
Ahí también se envió la pregunta, específicamente sobre el caso Randall Gamboa, para conocer por qué no se informó a la familia lo ocurrido. Cancillería únicamente confirmó haber recibido el correo electrónico con la solicitud, pero hasta el momento no ha dado más detalles.





