El actor costarricense Daniel Zovatto, coprotagonista de la película “El exorcista del papa”, se encomendaba, como buen tico, al de arriba antes de cada filmación por aquello de las moscas.
El hijo de la famosa presentadora de televisión, Silvia Blanco, trabajó en la cinta al lado de la megaestrella de Hollywood, Rusell Crowe, quien hizo el papel principal en la película Gladiador.
Zovatto, quien hace el papel del joven padre Esquibel, fue entrevistado, el pasado viernes vía Zoom, por unos amigos de la familia de La Teja, los de “Investigación ParanormalCR”.
El experimentado investigador de fenómenos paranormales, Israel Barrantes, fue el encantado de realizar la entrevista.
Zovatto se portó muy pura vida y desde el inicio dejó claro su sangre tica, incluso, en una respuesta confirmó su crianza en suelo tico, ya que dijo que iba todos los domingos a misa.
A continuación, un resumen de las preguntas que Investigación ParanormalCR le hizo a Zovatto:
-Durante el rodaje de la película, ¿sucedió algún evento extraño?
Bueno, mae, un abrazo, pura vida. A mí no me pasó nada. Gracias a Dios todas las mañanas orábamos en la camita y le decíamos: ‘Diosito, hoy vamos a portarnos bien, vamos a pelear con unos demonios, pero en nombre tuyo’. A mí no me pasó nada.
A Rusell (quien hizo el papel del sacerdote exorcista del Vaticano, Gabriele Amorth, fallecido en el 2016) sí le pasó algo, o más de una cosa.
La que me acuerdo más que nada es que el día que estábamos grabando en Limerik, que queda como en el medio de Irlanda, él se estaba quedando en una casa, estábamos haciendo algo, no me acuerdo qué era y él regresó a su casa y en la puerta había un pájaro muerto. En la película una escena con un pájaro muerto tiene sus minutos.
Su forma de reaccionar (la de Rusell) fue un poco con el humor que tenía el padre Amorth. Lo vio como que Gabriele Amorth, Dios o alguien, estaban diciéndole que estaba haciendo bien las cosas. No se fue al otro lado, de por qué hay un pájaro muerto de repente en mi puerta.
-¿Se preocupó en algún momento?
La forma en que Peter (De Souza, actor), el niño que está poseído, hizo su personaje, era su primera película, tiene 10, 11 añitos, o sea, es un chiquillo y lo hizo tan bien que había días que yo estaba un poco preocupado de si en realidad estaba poseído el niño, porque lo hacía demasiado bien: cambiaba la voz, de la voz del demonio, a la voz del chiquito como si fuera superfacil hacer eso y eso me trajo un poquito de miedo en las noches, porque yo decía, ‘este mae es demasiado bueno’.
-¿Cómo fue la preparación para el papel de un sacerdote?
Es parte de lo que a mí me gusta, hacer personajes que no he hecho, o meterme en la manera de pensar de un personaje que es completamente diferente a otro (que haya interpretado). Para este personaje fue (una preparación) muy interesante y muy diferente a mis experiencias en otras películas.
Del día que hablé con Julius (Avery, el director de la cinta) al día que ya estaba filmando en Irlanda pasaron cinco semanas, no tuve mucho tiempo para la preparación, pero bueno, fui a misa todos los domingos en Costa Rica cuando era chiquillo, creo que ahí aprendí mucho.
La preparación fue más que nada reunirme con sacerdotes en Los Ángeles (Estados Unidos), entender un poco su forma de ser, el día a día, las oraciones que hacían. Básicamente entrar en esa energía que ellos tienen de servir a Dios.
Al mismo tiempo, entrar con la confianza de tener a Rusell ahí y aprender. La relación (con Rusell) afuera y dentro de la cámara era un poco parecida, es una persona que tiene más experiencia que yo, una mayor trayectoria. Esas similitudes me ayudaron para el personaje.
-¿Cree que existen las entidades demoniacas y los fantasmas?
Cien por ciento. Sí señor, eso existe. Toda mi vida he sido muy sensible a esas cosas. Por muchos años mis amigos se burlaban de mí, Zovatto no sé qué, esto y lo otro, pero siempre he sido medio sensible en esas cosas, les tengo mucho respeto. Creo que están aquí (los demonios y fantasmas) y dejémoslo ahí, pero sí, sí señor”.