Muchas personas no pueden empezar el día sin una buena taza de café, mientras que otras le hacen la cruz a esa bebida porque piensan que es dañina para la salud.
Para salir de la duda de si el yodito es bueno o malo, le consultamos al nutricionista Daniel Gómez, quien nos explicó lo que se necesita saber de esta popular bebida.
“El café es una bebida que ha sido parte integral de la cultura mundial durante siglos, no solo es apreciado por su sabor distintivo, sino que también ha sido objeto de numerosos estudios que examinan sus efectos en la salud, sus propiedades nutricionales y las consideraciones importantes relacionadas con la higiene del sueño e hidratación”, dijo el nutricionista.
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Daniel primero enumeró los beneficios del café:
- Es un estimulante natural conocido por su capacidad para aumentar el estado de alerta y mejorar la concentración debido a la presencia de cafeína. Este efecto puede ser especialmente útil en momentos en que se necesita un impulso de energía.
- Es una fuente rica de antioxidantes que ayuda a combatir los radicales libres en el cuerpo. Estos compuestos pueden tener beneficios para la salud a largo plazo, contribuyendo a la prevención de enfermedades crónicas y algunos tipos de cáncer.
- Mejora el rendimiento físico, al aumentar la liberación de adrenalina, lo que mejora la movilización de grasas desde los tejidos adiposos y aumenta la disponibilidad de energía.
Pero el especialista no dejó de lado las cosas negativas que puede causar esa famosa bebida:
- El consumo excesivo de café, especialmente en horas cercanas al momento de dormir, puede provocar insomnio y trastornos del sueño. La cafeína puede interferir con la calidad del sueño y afectar negativamente el ciclo circadiano.
- El cuerpo puede volverse tolerante a la cafeína con el tiempo, lo que lleva a la necesidad de consumir cantidades cada vez mayores para experimentar los mismos efectos. Esto puede conducir a la dependencia y la posibilidad de síntomas de abstinencia.
Para mantener una buena higiene del sueño, es decir, descansar lo suficiente y como se debe, se recomienda limitar el consumo de café, especialmente en las horas de la tarde y noche. Optar por opciones descafeinadas puede ser beneficioso antes de acostarse.
Cada persona responde de manera diferente a la cafeína. Es importante monitorear la sensibilidad individual y ajustar el consumo en consecuencia para no afectar negativamente el sueño.
El café puede ser una adición deliciosa y beneficiosa para muchos, siempre que se consuma con moderación y se preste atención a la higiene del sueño. Con un enfoque equilibrado, se pueden disfrutar los placeres del café mientras se minimizan las posibles consecuencias negativas para la salud.
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Alarga la vida
Una nota de la BBC reveló que el café podría ayudar a alargar la vida, así lo demuestra un estudio publicado en Annals of Internal Medicine, que siguió a casi 200.000 personas durante 10 años.
Los investigadores descubrieron que quienes tomaban de 1,5 a 3,5 tazas de café al día, incluso con una cucharadita de azúcar, tuvieron hasta 30% menos probabilidades de morir durante la década del estudio que quienes no bebían café.
Para quienes tomaron café sin azúcar el riesgo de morir fue de entre 16 y 21% menos. Y quienes menos riesgo de muerte tuvieron durante el periodo del estudio fueron los que tomaban tres tazas de café al día.
El artículo menciona también que ese no es el primer estudio que encuentra una reducción en el riesgo de morir entre quienes toman café. En 2018, otra investigación en la que se siguió a más de 500.000 personas durante 10 años, se descubrió una reducción de 16% en el riesgo de muerte prematura.
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Los estudios que se han hecho sobre la popular bebida han revelado evidencia sobre sus supuestos efectos protectores contra la enfermedad de Parkinson, y se ha hablado también de que protege contra el deterioro cognitivo en general, enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2 y algunos tipos de cáncer.
La doctora Esther López-García, profesora de medicina preventiva y salud pública de la Universidad Autónoma de Madrid, dijo a la BBC que “las evidencias más sólidas son para la diabetes tipo 2. Para el resto de enfermedades, no está todavía claro”.