“Daniel, venga acá, necesito hablarle. Le voy a pedir un favor, cuando me entregue un trabajo no le haga esas payasadas por detrás, esos dibujos de cómics (historietas) son una verdadera payasada, olvídese de eso, póngase serio… ¿estamos?”.
Un profesor catedrático, de la Escuela de Bellas Artes de la Universidad de Costa Rica (UCR), le dijo eso a Daniel Mora Chaves hace unos años cuando apenas era un soñador.
Esas palabras lo derrumbaron por completo, lo despedazaron por dentro, tanto así que se prometió jamás volver a dibujar figuras de tiras cómicas y lo cumplió por dos años, pero después regresó a su pasión.
¡Por dicha! Porque desde hace siete años Mora fue fichado por DC Comics, empresa que se le ganó su “fichaje” a otra gigante franquicia como Marvel.
Daniel es tan, pero tan bueno haciendo las “payasadas” que aquel profesor quería que dejara olvidadas, que existiendo millones de seres humanos en todo el mundo con habilidades para dibujar, a este tico, vecino de La Guácima de Alajuela, DC Comics le encargó ser el único dibujante a cargo, para este enero y febrero 2021, de darle vida al Batman del futuro.
Ese Batman no existía, por lo que DC confió en el talento de Daniel para que lo creara.
La empresa está tan contenta con el resultado que le aprobó todo el material que el tico mandó a Estados Unidos.
Mora, cafetero de los buenos, amante del gallo pinto y del buen ceviche de pescado, siempre fue seguidor de Batman, su superhéroe favorito.
De eso son testigos sus papás, quienes siempre lo apoyaron aunque más de una vez creyeron que si se dedicaba a dibujar al Caballero de la noche, se moriría de hambre.
Expulsado
Como que a Dani Mora, como lo conoce el “universo de los superhéroes” en todo el mundo, las artes no se le daban.
Daniel nació el 5 de junio de 1987 y comenzó a dibujar a los tres años, por lo que sus tatas creyeron que meterlo al Conservatorio Castella era bueno para alimentar esa vena artística, sin embargo, el chiquillo se quedó en música y lo expulsaron. Nunca le preguntaron cuál era su verdadera pasión.
Sacó el bachillerato en el colegio Adventista de Alajuela adonde llegó becado y casi sentenciado por sus papás porque ya no tenía otra oportunidad. O pasaba, o pasaba.
“Dibujo desde que tengo memoria, mamá dice que desde que tengo tres años. Lo primero que dibujé fue al pato Donald, al gato Garfield, a las Tortugas Ninja, a Flash y a Batman. Batman toda la vida fue mi preferido, desde que tengo memoria me encanta dibujarlo.
“Cuando salí del cole no sabía qué sería de mi vida, no tenía claro qué estudiar, sabía que tenía que ser algo relacionado con dibujo, pero no estaba muy convencido porque yo dibujaba por pasión, por amor y de dibujos no se vive”, contó Dani.
Artes plásticas
Como pasaba día y noche dibujando, su familia lo animó para que se quedara en el mundo del arte pagándole un curso de Auto Cad, que es un programa de computadora que ayuda a hacer planos para construcciones. En casa pensaban que ya que dibujaba horas, que se hiciera arquitecto.
Mientras llevaba el curso de compu encontró trabajo en Burger King y en McDonald’s, al mismo tiempo. En el día breteaba para el payaso y en las noches para el rey.
“El curso de Auto Cad me dejó claro que jamás arquitectura sería lo mío y los trabajos en Burger y McDonald’s me dejaron claro en lo que no me gustaba trabajar. Tuve que replantearme la vida porque me imaginé un futuro fatal, trabajando toda la vida en algo que no me gustaba”, recordó.
Ingresó a Artes Plásticas en la UCR en el 2006, donde le tocó vivir malas experiencias con profesores de la vieja escuela.
“Si no evolucionan, espero que lo hayan hecho, les va a pasar la de los dinosaurios”, afirmó.
Lo bueno del ambiente UCR, en el caso de Dani, es que encontró un grupo de compañeros con la misma pasión por los cómics, entonces pasaban día y noche hablando solo de eso y dibujando, tanto así que hasta decidieron hacer cómics para vender. Eso le mantuvo vivo el fuego del cómic, a pesar de la sentencia del profe que contamos al inicio.
El Zarpe
Los compitas crearon El Zarpe Cómics (Daniel Mora Vargas, Sergio Acuña, César Acuña y Katherine Lobo), una revista de la que hicieron nueve ediciones y juraron que llegará a la décima edición dentro de poco tiempo, lo que pasa es que los cinco que quedan de El Zarpe --eran siete al inicio-- pasan muy ocupados dibujando, porque todos viven de eso.
El grupo afinó a Dani y le abrió el camino a su primer trabajo en el departamento de diseño del desaparecido periódico Al Día.
En ese medio fue donde El Zarpe disfrutó su primera publicación, Las aventuras del Pollo Pol.
Tiempo después Dani pasó al departamento de infografía de La Nación y estando allí recibió una loca llamada que le cambió la vida.
¡Boom!, el gran salto
“En La Nación aprendí a pulir la ilustración, es que tuve maestros demasiado buenos. Estaba muy feliz, tenía trabajo dibujando, algo que jamás pensé que sucedería, era diseñador infografista, alquilaba un apartamento y sentí que mi vida estaba en orden.
“En el 2013, justo cuando consideraba que estaba en donde quería estar para siempre, recibí una llamada muy extraña, era desde Estados Unidos, me decían que eran de Boom Studios, yo ni sabía que existían, me explicaron que hacían cómics y que habían visto mi trabajo publicado; me querían contratar”, comentó.
Para el alajuelense, esta fue una de las decisiones más duras que ha tenido que tomar en su vida. Boom Studios no solo lo llamó para contratarlo, lo querían ya y a tiempo completo, o sea, tenía que renunciar de inmediato a La Nación.
“Fue dificilísimo porque me sentía tan estable: pagaba mi apartamento puntual, tenía un muy buen trabajo, no ganaba mal y por si fuera poco, a todos los que les preguntaba me decían que no fuera tan caballo, que ni pensara en renunciar, que tenía el trabajo perfecto.
“Además, realmente, sentía un miedo grandísimo, no sabía si tenía la capacidad para dibujar cómics. Una cosa es hacerlo por pasión y amor, así por pasar el tiempo y otra que te digan que vas, ahora sí y por primera vez en tu vida, a ganar dinero por los cómics… incluso me acordé de aquella frase del profesor de que dejara de dibujar payasadas”.
Dani no se traicionó y a pesar de su gran estabilidad económica y de vida, pegó el gran salto, aceptó el trabajo de Boom Studios.
Todos los contactos fueron por Internet, nunca vio ni una cara, no hubo alguien que lo entrevistara, él solo renunció a La Nación y firmó contrato de exclusividad con Boom… y le explotó el universo de los comics en las manos.
Entre gigantes
Boom Studios no es una empresa tan gigante como DC Comics o Marvel en el mundo de los superhéroes, pero le sirvió al tico para aprender demasiado y entender que debía crecer demasiado si quería estar con los grandes.
Boom lo mostró al mundo porque sus dibujos se comenzaron a ver mes a mes en Estados Unidos y otros países.
Aprendió cómo se jugaba al máximo nivel, absorbió las buenas mañas y comenzó a ser una persona con publicaciones.
Primero se lució dibujando a los Power Rangers y rapidito llegó su primer premio, el la mejor nueva promesa en la ilustración de cómics en la Comic-Con de San Diego, en junio del 2016.
Se ganó el premio Russ Manning Promising Newcomer Award por sus dibujos en el libro Klaus y la historieta Hexed, de la editorial de historietas Boom! Studios.
Gracias al premio, el mundo entero entendió que el tico era un diamante en bruto, por lo que Marvel no dejó ni que se le enfriara el premio cuando ya lo estaba llamando, pero con mucho dolor le tuvo que decir que no porque tenía contrato de exclusividad con Boom.
Marvel sabía lo que valía el tico, por eso lo comenzó a marcar a presión, a estar siempre informado de él.
En el 2016 se le venció el contrato con Boom y lo renovaron, pero ya él, al mejor estilo del fútbol, puso una nueva cláusula en el contrato, que si lo llamaban de Marvel o DC Comics para hacer portadas y solo portadas de revistas de comics, podía hacerlas; eso sí, siempre y cuando no afectara el trabajo en Boom y le aceptaron la jugada.
Marvel, otra vez, fue el primero que lo contactó y lo puso a hacer portadas del Hombre Araña, algo que lo emocionó demasiado porque de chiquillo lo había dibujado al menos un millón de veces.
“Sentía emociones muy fuertes y todavía las siento, es que estoy dibujando lo que toda la vida he amado, no sé cómo explicarlo, yo estoy dibujando y creo que no es verdad lo que estoy viviendo, que no me está pasando a mí. Cuando ya tengo la revista en mis manos es que caigo en que sí es verdad, que mis dibujos de aquel chiquito le sirven al hombre de hoy día”.
El 1 de diciembre del 2020 se acabó el contrato con Boom, pero la que se pellizcó fue DC Comics, que lo llamó de primero y lo hizo firmar en exclusividad por dos años y ahora no puede hacer nada para Marvel, claro, son la competencia brava del planeta.
De una vez DC Comics le encomendó el Batman del futuro, que es un Batman que vive situaciones que le pasarán hasta dentro de diez años. Ese mundo no existía hasta que, entre gallopinto y cafecito, Dani comenzó a construirlo… y todavía lo construye, es un Batman con olor a café de Costa Rica.