Eduardo Prado Padilla, sobrino de la conocida folclorista María Mayela Padilla, asegura que la Muni de Acosta lo amenaza con que si no paga 780 mil colones que debe en impuestos podría perder la casa.

Esta historia, que le dejará el corazón hecho un puño, la destapó el periodista acosteño José Eduardo Mora.

Este vecino de Tablón de Acosta cumple 56 años en abril. Está casado con doña Idalí Chaves, tiene 3 hijos, 5 nietos y ha sido campesino toda su vida. Tiene 29 años de vivir en la casa que ahora no lo deja dormir de la congoja por la advertencia municipal.

“Lo primero que quiero dejar claro es que yo no estoy desconociendo que debo ese dinero en impuestos municipales, de hecho, ellos jamás me buscaron o me mandaron ningún papel, fui yo quien se acercó a la municipalidad para preguntar, ya que tengo muy claro que hace como cuatro años no pago esos impuestos.

“Ellos (la municipalidad) dicen que yo no quiero arreglar y eso es mentira, repito, yo fui quien los buscó, lo que pasa es que me dicen que para iniciar el arreglo de pago tengo que dar primero ochenta mil colones y después pagar sesenta mil al mes, eso es imposible, no podía hacer ese arreglo de pago porque no lo puedo cumplir”, explica este breteador.

No le alcanza

Don Eduardo hizo sus números y se dio cuenta que no sale con sus gastos básicos si tiene que cumplir con el arreglo. Explica que se gana 35 mil colones por semana haciendo bretecitos de agricultura, cuando le salen, pero por estos tiempos de pandemia si acaso trabaja tres días por semana.

Debe pagar como ¢25 mil del recibo de la luz, de agua como ¢6 mil, paga ¢30 mil de seguro porque como su esposa es sobreviviente de cáncer, debe mantenerse en tratamiento y constante vigilancia en el hospital, además debe comprar la comedera del mes.

“En el campo eché mis dientes y ahí los perdí, yo soy agricultor de toda la vida, no es que tengo un caserón enorme y no he querido pagar, tengo una casita humilde y le voy a explicar por qué no he pagado impuestos en los últimos cuatro años.

“Mi esposa superó un cáncer de mama, esa fue una batalla familiar que ganamos. La acompañé durante mucho tiempo a sus citas y tratamientos, eso me hizo imposible irme a ganar la plata al campo, incluso, algunos vecinos me ayudaban con los pases cuando estuvimos viajando a cada rato, por eso hubo varios años que no se pudo pagar porque era pagar los impuestos o comer”, explica don Eduardo.

Malos arreglos

Este agricultor no entiende cómo la muni sí es buena para cobrarle, pero jamás se ha dado una vueltica por su casa para saber cómo hacen para vivir mes a mes.

“Mi casa, por unos asuntos económicos complicados, la tuve que hipotecar, pago 60 mil al mes por la hipoteca.

“No niego que mis hijos algo me ayudan con los recibos, pero ellos también tienen sus familias, así que no pueden tampoco ayudarme demasiado. Aquí no estamos hablando de un rico que no quiere pagar, hablamos de una persona que sí quiere pagar, que ha ido tres veces a hacer arreglos de pagos, pero que no puede aceptar esos arreglos que le proponen porque son mensualidades muy altas. Es doloroso”.

Perdió su paz desde el día que lo amenazaron, dice él, con perder la casa, además, hay algo que realmente le duele en el corazón.

“Cuando vienen las votaciones ahí si están en mi casa tocándome la puerta para hablarme de política, pero ahora que uno ocupa, no hay un solo político que se arrime.

“Soy peón agrícola y jamás me le he quitado al trabajo, lo que pasa es que no hay, la pandemia se trajo abajo todo. Yo salgo a buscar algo que me pongan a hacer todos los días, pero cuesta mucho. No entiendo cómo voy a perder mi casa por 780 mil colones de deuda y eso es lo que me golpea, poder quedar en la calle por menos de un millón, pero no los tengo ahorita, Dios sabe que si los tuviera los pago de inmediato”, aseguró.

Dolor intenso

Para complicarle más la situación, unas pelotas que tiene en su mano izquierda le duelen mucho cuando trabaja; sin embargo, él se hace el desentendido con el dolor porque no puede parar de ganarse el cinquito cuando aparece la oportunidad.

“Yo estoy en tratamiento, no estoy hablando paja, tengo las pruebas. El año pasado me iban a operar de estas pelotas, pero se vino la pandemia y suspendieron todo este tipo de operaciones, entonces, sigo esperando. Hay días que me duele demasiado, pero ni caso le hago al dolor, no ve que sino no come mi familia”.

Contactamos a la municipalidad de Acosta. Tras llamar a la central nos dieron el celular del alcalde acosteño, Norman Hidalgo, quien dijo desconocer el caso.

Este jueves 11 de marzo nos llamó un representante de la municipalidad para que le explicáramos mejor el tema y nos dijo que buscarían a la persona indicada para darnos declaraciones; sin embargo, nadie nos devolvió la llamada.

Tratamos de hablar con María Mayela; sin embargo, tras un mensaje nos dijo que no podía porque iba manejando y ya después no atendió las llamadas que le hicimos.