El Liceo de Nicoya es viral en redes sociales por un polémico video donde estudiantes hablan de drogas y se quejan de los profesores con exceso de malas palabras e insultos.
El clip --el cual no lo compartiremos por respetar la privacidad y seguridad de los menores de edad-- dura poco más de un minuto y en él simulan la popular dinámica de Informe 11 llamada “Quéjese aquí”.
Entre los reclamos, un estudiante asegura que le molesta que no lo dejen consumir drogas en el centro educativo, otra que no la dejen usar minifalda y la mayoría arremete contra los profesores y personal del centro educativo usando muy malas palabras y ofensas.
En La Teja intentamos contactar al Ministerio de Educación Pública para ver si ya tenían conocimiento del video, pero no hemos recibido respuesta.
Lo mismo pasó con la directora del Liceo de Nicoya, que nos dijo que estaba ocupada y seguimos esperando que nos atienda.
¿Quiénes son los principales responsables?
En La Teja conversamos con la reconocida psicóloga María Ester Flores, que además de ser terapeuta de familia, es egresada de ese centro educativo.
“Estoy preocupada porque yo soy egresada y en aquellos tiempos Dios guarde referirse así a los profesores, ni en los pasillos. Mi papá no nos dejaba ni que nos dijéramos entre nosotros, ni siquiera ‘maje’. A nosotros nos reforzaban mucho el hablar bien, como señoritas, y es un dolor ver esto porque es mi colegio”, contó.
Ella agregó que este fenómeno no es un hecho aislado y que los principales responsables son los padres de familia.
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“Esto es general y la gran responsabilidad está en el hogar, los padres de familia les da pereza a veces ser papás en valores, creo que quieren cumplir solamente con comer, cumplir, dormir, ni siquiera se les enseña labores domésticas y se les da demasiada facilidad, donde los niños empiezan a creer que ellos merecen más de lo se les puede dar. Los padres trasladan mucho la educación y el tiempo al mundo cibernético y no se dan cuenta de qué están hablando, viendo y cómo interactúan sus hijos”, explicó.
Para ella es clave que se ha perdido la comunicación entre padres e hijos, al punto que muchos ni se conocen.
“Se perdió sentarse a comer todos sin celular, sin televisión, hablarse y verse a los ojos, eso se ha perdido, entonces los hijos están creciendo a la libre, hay padres que no conocen a sus hijos y en el grupo de iguales ellos van a hacer lo que la mayoría, así que les deslumbra ese vocabulario, el bullying y la agresión. Los más pequeñitos van al colegio y piensan que quieren ser aceptados, que no los excluyan, entonces son iguales a los líderes”, analizó.
Al final agregó que los papás no se meten y no solo se necesita que ellos eduquen, hace falta más campañas.
“Tienen que conocer a sus hijos, estar atentos a los detalles, volverse espía de los hijos, observarlos con los amigos y preguntar sobre su mundo, esto desde pequeñitos. Tenemos que hablarles mucho del peligro de las drogas, ser muy metido en las cosas de sus hijos, regular permisos y a nivel general se necesitan más campañas, más comerciales sobre lo feo de hablar así y lo malo que son la violencia y las drogas”, concluyó.