Yael Zamora Rojas, se levantó a las cuatro de la mañana, él mismo aplanchó la camisa, levantó a su mamá, doña Rosaura Zamora, para que le hiciera el desayuno y se alistó muy emocionado porque comenzaban las clases en la escuela Ismael Coto Venegas, en San Josecito de Alajuelita.
Con once años cumplidos inició el quinto grado y, la verdad, le importó muy poco que su escuela arrancara el curso lectivo en una iglesia evangélica, estaba tan ilusionado con volver a ver a sus compas y con estudiar otro año, que nos aseguró que hasta en medio de un charral iría a estudiar.
“¿Quién dijo miedo?”, preguntó Yael. “Aquí lo que interesa es tener ganas de aprender. Ya desde el año pasado tuvimos que venirnos para esta iglesia y aprendimos muchas cosas buenas para nuestro futuro, de hecho, para mí no hubo huelga, no falté un solo día a clases”, nos contó este empunchado alumno que todas las mañanas camina como media hora para aprender.
Fue el primer estudiante que llegó a recibir clases, eran las 6:30 y Yael cruzó el portón. Ya lo estaba esperando doña Nidia Campos, la directora de la Ismael Coto, quien corría de un lado para otro para que sus pollitos encontraran todo puras tejas.
“Se está haciendo hasta lo imposible porque los niños estén bien. El año pasado cuando tuvimos que abandonar la escuela porque la declararon insalubre (el ministerio de Salud), buscamos aulas por todos lados. La iglesia católica y esta iglesia cristiana (Visión de Dios Internacional), nos abrieron las puertas, por eso, le pusimos buena cara a las circunstancias y sin quejarnos seguimos trabajando”, explicó la directora.
El pastor de la iglesia cristiana Visión de Dios, Alvin Picado, explicó que pudieron trasladar la escuela completa porque corrieron para construir seis aulas más.
“Entendimos que les urgía un lugar donde estuvieran todos los alumnos (la escuela tiene casi 500 chiquillos), por eso corrimos con la construcción, por dicha pudimos cumplir con todo antitos del seis de febrero”, nos comentó el pastor.
El acto cívico de bienvenida se realizó en el mismo lugar donde los domingos el pastor Picado le da las prédicas a sus feligreses.
La iglesia estaba llena porque muchos papitos acompañaron a sus hijos.
“Por los momentos vamos a seguir aquí. Ya los trabajos en la propiedad donde está la escuela que tuvimos que dejar abandonada están adelantados, me dicen que para julio o agosto podríamos pasarnos, pero es mejor no desesperarse, hay que tener calma”, le dijo la directora a los papás.