Algunas guerras se dan en las galaxias, pero nos afectan más las que se ocurren en el planeta Tierra, como la actual contra el covid-19 que ha matado ya a más de 2 millones de personas en todo el mundo.
Nadie se rinde y se buscan todas las “armas” posibles para ganarla, lo cual incluye recurrir a lo que ya teníamos.
En el 2009, la empresa Xenex creó un robot con un gran parecido con el famoso AR2D2, el “Arturito” de La guerra de las galaxias y que el año pasado entró con todo en la batalla contra el coronavirus.
Ya hacía su trabajo en el campo de las desinfecciones y en 2020 probaron a ver cómo le iba con el nuevo enemigo y se vio que podría vencerlo.
En Costa Rica ya contamos con dos de estos robots, aliados incansables en una guerra que tiene poco de galáctica y en la que nuestro ejército son los funcionarios del campo de la salud.
La economía tica, como la mundial, ha sido sacudida por la pandemia y ahora que comienza a levantarse es necesario que si surge un caso positivo de covid-19 en una empresa o en un comercio las labores se frenen poco tiempo para seguir pulseando los frijolitos. Allí es cuando entra este robot.
Lo fabrica la compañía Xenex, liderada por dos epidemiólogos que se prepararon en la prestigiosa Universidad Johns Hopkins (Maryland, Estados Unidos) y desinfecta un área de 40 metros cuadrados en solo cinco minutos (la habitación de una casa promedio anda entre los 8 y los 12 metros cuadrados).
Le sacaron pasaporte
Carlos Sancho y su hermana Vanessa Sancho son los responsables de traer esta tecnología tan moderna al país.
Por $170 (¢104.370) en una hora la máquina desinfecta 200 metros cuadrados. En un espacio más pequeño naturalmente se dura menos y el precio será otro.
Los hermanos son los dueños de la empresa Sterimedical y hace menos de un mes empezaron a ofrecer el servicio de desinfección contra el temido virus por medio del robot.
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El aparato hace en menos tiempo el trabajo que a varias personas les llevaría horas.
“Este es el único equipo certificado para la desinfección mediante el uso de xenón, un gas amigable con el medio ambiente y que puede crear con luz ultravioleta la cobertura completa, no solo una parte. Otros equipos funcionan con mercurio y no están permitidos en el país”, explicó don Carlos.
Mientras trabaja este “Arturito” levanta la cabeza y desde lo que sería su cuello emite la luz ultravioleta que desintegra los virus e impide que se reproduzcan sin importar el tipo de superficie donde se encuentren.
El técnico solo le programa el espacio a cubrir y el robot comienza a hacer su trabajo, es decir, desinfectar, un minuto después. Empieza a moverse cuando ya está solo, si detecta movimiento detiene el proceso para no dañar a nadie por la sobreexposición a la luz.
“Tenemos la capacidad de desinfectar una sala de operaciones de un hospital en veinte minutos al 99,99%, es decir, casi completamente”, agregó don Carlos, vicepresidente de Sterimedical.
La tecnología del robot combate gérmenes, bacterias, hongos y esporas que generan infecciones asociadas a la atención médica.
“No hay forma de que cualquiera de esos microorganismos sobreviva luego de una desinfección con el Xenex”, agregó Sancho.
Otra ventaja es que como no es tóxico, terminado el proceso se puede continuar trabajando como si nada, de una vez. Además, no daña los materiales o los equipos que haya en la habitación en la que trabaja.
Aunque fue diseñado originalmente para hospitales se puede usar donde sea que haya habido presencia del coronavirus.
Se utiliza con frecuencia en hoteles, aeropuertos, estaciones de tren, escuelas y colegios, gimnasios, oficinas, restaurantes, industrias, bodegas, consultorios médicos, farmacias, clínicas y laboratorios, etc.
En países como Estados Unidos, Japón, Reino Unido, Suiza, Italia, Arabia Saudita, España, Francia, México y Ecuador, entre otros, dan fe de que hacen un buen trabajo.
En la actualidad, con la pandemia aún golpeando, cada 4,7 segundos se lleva a cabo un ciclo de desinfección con el robot en alguna parte del mundo.
“Desde el punto de vista económico el ahorro que les generaría a los centros de salud es considerable, el uso de esta tecnología ha reportado una importante reducción en la tasa de infecciones hospitalarias. Además, al ser rápido y efectivo, libera recursos materiales y humanos, permitiendo que otros pacientes, en menor tiempo, puedan acceder a las salas de cirugía, unidades de cuidados intensivos y otros servicios médicos”, comentó Vanessa.
Robots como este aportan más beneficios al mundo que seres humanos como los antivacunas, por ejemplo.
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