Perfil Anónimo

“Cuando nadie me ve”

Esta es la primera carta que comparte una lectora en la sección Perfil Anónimo. La publicamos, como hemos prometido en este espacio, sin el nombre de su autora.

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Soy una mujer heterosexual, siempre me he sentido atraída por los hombres, y no quiero tener una etiqueta diferente. Sin embargo, me enamoré plenamente de un hombre no biológico; no puedo -ni quiero- decirlo de otra manera.

Vivimos juntos desde hace 7 años, tengo 50, un hijo de 16, y ni él ni los demás miembros de mi familia saben de su identidad. No puedo negar que de vez en cuando me surge el temor de que se descubra.

Mi familia directa son él y mi hijo. No sé cómo manejar la situación, a veces creo que debería contarle a mi hijo.

Cinco años de ir y venir…

Tuve novios desde mis 15 años pero nunca creí en el amor, no logré ese click. Me la pasaba de fiesta en fiesta, tuve a mi hijo soltera, sin vínculos con el padre.

A él, llamémoslo Alex, lo conocí en el trabajo, y fuimos creando un vínculo de amistad. Cuando él dejó de trabajar en la empresa, me invitó a salir. De inmediato acepté. Fue entonces cuando me advirtió (de frente) de su condición biológica.

Seguramente aterrado por los nervios, me dejó sola en una esquina. Yo no entendía nada. Me alejé, y él también.

Pasaron como tres semanas, no lo sacaba de mi mente y me lo encontré en Facebook, alguien en común puso la canción de Alejandro Sanz “Cuando Nadie me ve”, le di like y él también, fue como una señal.

De inmediato nos agregamos como amigos, y comenzamos a hablar por mensajes. Pasaba ahí esperando a que entrara cada día.

Al poco tiempo comenzamos a salir. Contrario a mis relaciones anteriores, esta vez todo era más fuerte.

Tuvimos algunos problemas al inicio sobre todo de aceptación, pero no de mi parte, sino suya. No creía que esto fuera real, me decía que en cualquier momento lo iba a dejar por “un hombre”.

Estuvimos juntos por 1 año realmente hermoso, luego separados otro año, luego juntos dos años más (confirmaba lo bonito de estar con alguien) y luego separados de nuevo (una pesadilla total), fue muy difícil.

Yo nunca me había enamorado y no sabia de qué manera demostrarlo. Entre más bonita se tornaba la relación, se hacía más fuerte su temor, quizás porque siempre sufrió de rechazos familiares, sentimentales y laborales.

La última vez que se fue juré cerrar ese capítulo de mi vida.

Me organicé, hice dos viajes fuera del pais sola y lejos, necesitaba sanar y olvidar. Llegué a pensar que esa historia era un error.

Intenté estar con otros hombres, y hasta retomé una relación anterior, pero ya no sentía nada y no pude estar con nadie más.

Después de un año, Alex apareció de nuevo, esta vez más seguro de sí mismo.

Actualmente estamos juntos, llevamos bastante tiempo estables y me veo construyendo un futuro con él. Sin embargo, de vez en cuando me atormenta la idea de qué pasaría si alguna situación de salud llegara a presentarse y se descubre esta verdad.

Soy feliz con él, pero soy consciente que lamentablemente esta sociedad no está preparada para esto aún, o quizás soy yo quien no lo estoy.

¿Qué harían ustedes en esta situación? Déjenos sus comentarios abajo.

Esto es Perfil Anónimo. Envíenos su carta al correo: shirley.ugalde@nacion.com

Redacción Perfil

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