Stiven Antonio Rocha Aguirre, era un joven boyero de tan solo 16 años, quien a su corta edad tenía una meta por la que se esforzaba porque con ella beneficiaría a su familia; sin embargo, esta jamás podrá ser cumplida al ser víctima de la ola de violencia de Costa Rica.
A él nunca se le conoció ningún problema, lo describen como un muchacho trabajador, bastante callado y tranquilo; incluso, muchas personas se acercaron a su funeral y les dieron muestras de cariño a sus allegados.
Al muchacho le quitaron la vida, y los responsables están en fuga. El OIJ cuenta con imágenes del pick-up en el que viajaban los agresores al momento del ataque y por ello necesitan ayuda para llevar justicia por el adolescente.
Ivannia Aguirre, mamá de Stiven, conversó con La Teja y, en medio de su dolor, solo espera que las autoridades cumplan con su función y den con los responsables.
“Mi hijo era muy alegre, le gustaban los caballos y los bueyes. Me decía que cuando fuera mayor de edad, iba a ahorrar para comprarme una casita y para que yo no trabajara mucho, porque he sido madre y padre para él y su hermano, pero me le apagaron el sueño, esto ha sido muy duro”, expresó esta madre con su voz entrecortada.
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Este joven no era de problemas y, justamente, esta situación es la que confunde a la familia, pues desconocen por qué lo mataron.
A él le quitaron la vida el domingo 3 de noviembre del 2024, a las 2 a. m. en Santa Ana, cuando, en apariencia, hasta hacía una buena acción.
“En apariencia, el ofendido, junto con un grupo de amigos, al ver un vehículo varado en vía pública, se dispusieron a empujarlo obstruyendo la vía. En ese momento, un 4x4 se colocó detrás del ofendido y su grupo de amigos, en apariencia, amedrentándolos con armas de fuego al punto de, presuntamente, agredirlos físicamente, para que se movieran del sitio. Producto de esto provocarían el homicidio de un menor de 16 años, huyendo de la zona”. Esta es la versión que maneja el OIJ y la dieron a conocer junto con el video con el que piden ayuda para dar con los responsables.
Se trata de un Toyota Hilux, tipo 4x4, negro, con stickers en la parte trasera y accesorios varios en el techo.
Cualquier información que pueda brindar es indispensable que se comunique al teléfono 800-8000645 o al WhatsApp 8800-0645 del Centro de Información Confidencial.
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Amigos lo llamaron para comer chicharrones
La última vez que madre e hijo compartieron fue el sábado 2 de noviembre anterior, cuando incluso la mamá le tomó una foto y luego cada uno se fue a trabajar. Por la noche el muchacho se acostó en la cama de la mamá, pero luego de una llamada al celular salió de la casa.
“Él sacó el sexto grado y no quiso seguir estudiando, comenzó a trabajar en una mueblería. También le gustaba hacer favores, comenzó a ser boyero, porque alquilé una casa y los dueños tenían hortalizas y bueyes. Mi hijo comenzó a acercarse a ellos porque le gustaban”, recordó la mamá.
Stiven le dijo a su mamá que lo habían invitado a una chicharronada, a 100 metros de la casa; se alistó y se puso un sombrero de los que siempre usaba, y salió cerca de las 8 de la noche.
“A las 10:30 de la noche le pregunté que dónde estaba, él me respondió: ‘Me vine con fulano y fulano, pero ya voy para la casa’, y me mandó una foto. Ese fue el último mensaje que tuve con él”, señaló.
A la familia lo que más les duele es saber que los amigos con los que andaba no hicieron ninguna chicharronada.
“A mí ellos (los amigos) no me dicen nada; incluso, lo dejaron botado donde me lo mataron y ahora dicen que andaban con él, cuando yo tengo fotos donde estaban los cuatro. Quisiera saber por qué me lo mataron, nadie tiene el derecho de quitarle la vida a nadie, sé que no me lo van a devolver, pero quisiera saber, más que sé que nunca se metía con nadie”, manifestó doña Ivannia.
Finalmente, señaló que le duele saber que su hijo tenía un futuro por delante y que se lo arrebataron de una manera tan cruel.
Doña Ivannia es mamá soltera y Stiven era su mano derecha. Ella tiene otro hijo menor, pero el papá de ellos nunca les dio ningún apoyo.