Llegar al altar era uno de los mayores deseos de Junior Yoel Elizondo Coto, de 23 años. Él era un joven muy pulseador, se había quedado sin trabajo y los últimos tres días de su vida se dedicó a cuidar carros.
Sin embargo, cumpliendo con este trabajo fue que la muerte lo alcanzó, al ser asesinado de dos balazos en la cabeza.
El cuerpo de “Macho”, como algunos le llamaban de cariño, fue hallado la madrugada del lunes 31 de octubre del 2022 en calle Pinares, en Cocorí de Cartago.
Los responsables de su homicidio no han sido detenidos, pero el OIJ cuenta con videos en los que en apariencia se ven y están tras su pista.
Doña Rocío Coto y Joselyn, mamá y hermana de Junior respectivamente, recordaron que el principal deseo de él era casarse.
“Se iba a casar en diciembre de ese año”, recordó su madre.
Por su parte, Joselyn dijo que su ser querido tenía un carácter fuerte, pero era muy amoroso, considera que su hermano se despidió de su mamá y hermanos de diferentes maneras, pero coinciden que no merecía que le quitaran la vida.
“Él era una persona muy pulseadora, quería cumplir su sueño de casarse con la persona que amaba, pero no lo consiguió, como hermano siempre me cuidó mucho, me daba buenos consejos, aún guardo los chats de messenger donde me decía que me quería mucho.
“A él le encantaba vacilar con uno, él no era detallista, pero el último Día de la Madre (del 2022) fue la primera vez que le dio un regalo a mi mamá, le regaló cosméticos”, recordó Joselyn.
La hermana señaló que unos meses antes de su muerte, ellos tuvieron un altercado como pasa en todas las familias, pero 15 días antes de morir se toparon y él, en vez de hacerle algún reproche, la abrazó y la saludó como si nada hubiese ocurrido entre ellos.
“Se despidió de muchas formas, si uno se pone a analizar, él se comenzó a despedir, porque para el 31 de diciembre del 2021 tuvimos una pequeña discusión, él se fue y me dijo que no iba a volver a mi casa, pero a los días comenzó a llegar y le tiraba carritos a mis hijos en el corredor de la casa.
“Días después, no sabemos cómo porque nadie lo vio, nos dejó un mensaje que pintó con una tiza en la calle, era un gran corazón y nos decía que nos quería mucho. Como hermanos peleábamos mucho y discutí con él 15 días antes de verlo por última vez, me fui con mi mamá para Cartago y nos topamos, pensé que no me iba a saludar que iba a reaccionar de mala manera, pero todo lo contrario, él llegó y me abrazó”, recordó la hermana.
Por su parte doña Rocío lo vio un día antes de morir, cuando lo fue a buscar y compartieron un tiempo juntos, lo último que le dijo es que iba a ir a ganar algo que luego regresaría a la casa; sin embargo, nunca llegó y se dieron cuenta de la tragedia por medio de una llamada.
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Dudas de por qué lo mataron
Joselyn afirma que su hermano, en un tiempo muy pasado, estuvo prácticamente viviendo en la calle, pero no era de hacerle daño a las personas. Luego se reformó, trabajó para una zona franca donde se quedó sin trabajo y, como soñaba con superarse, fue que cuidaba carros en los alrededores del bar Nexus, en Cocorí de Cartago.
“Hace ocho años él vivió en la calle, pero poco a poco, gracias a que mi mamá nunca lo soltó y siempre lo buscó, ella lo rescató”, manifestó Joselyn.
La familia asegura que Junior no le hacía daño a nadie y por eso no se explican por qué le hicieron daño, presumen que quizás vio algo que le comprometió su vida.
“Era una persona que no se metía con nadie, era muy servicial, tenía su carácter a veces era malcriado, pero no era de andar en malos pasos”, expresó la hermana.
El mismo día que mataron a Elizondo también acabaron con la vida de Jonathan González Barrantes, de 23 años, también se dedicaba a cuidar carros en esa zona de la Vieja Metrópoli.
La familia de Junior no lo conoce.
El OIJ cuenta con videos de los sospechosos y solo dieron a conocer uno de estos, piden a ayuda a la ciudadanía para dar con el paradero de los responsables y detenerlos lo antes posible, si usted los reconoce llame a la línea confidencial 800-8000-645 del OIJ.