Doña Rose María Lee está agradecida con Dios porque su nieto Miron Castro está vivo y fuera de peligro.
Él es el copiloto de la avioneta TI-AOP que la mañana del lunes cayó en el cañón del río Virilla, cerca del llamado puente de la platina.
Esta familia también está contenta porque el piloto Eladio Salazar está puras tejas.
La abuelita asegura que solo un milagro salvó a su nieto de la muerte.
“Me di cuenta (del accidente) por medio de una sobrina que me llamó, no sabíamos nada. Fue un susto tremendo, imagínese que salir con vida de un accidente aéreo es un milagro definitivamente. Esas cosas nos demuestran que Dios existe”, dijo doña Rose María en las afueras de su casa, en El Roble de Alajuela.
Dijo que cuando su hija se enteró se fue de inmediato para el hospital, muy asustada.
“Mi nieto tiene un año de ser piloto, desde que tenía cinco años decía que iba a ser piloto. Siempre le ha gustado eso y se la pasa estudiando y estudiando. Es un excelente nieto, tiene otro hermano, son mis dos nietos, pero en la casa solo a él le ha dado por el tema de la aviación”, dijo la abuelita.
Estudie y estudie
Doña Rose María nos contó que Miron es muy callado, siempre se va muy temprano a trabajar y aunque viven a a la par lo ve poquito, porque siempre regresa tarde.
“A este muchacho le encanta estudiar, le gusta mucho el deporte, si no está trabajando anda nadando o en el gimnasio, la verdad es que se cuida mucho. El lunes hablé con él por teléfono y me dijo que no preocupara, que estaba todo bien, hablamos poco pero le dije que lo quería mucho y que estoy feliz de que esté bien”.
La abuelita nos contó que a su nieto lo pasaron del INS a un hospital privado porque tiene un esguince.
“Me dijo mi hija que le van a tener que hacer una operación en ambas piernas. Esperamos tenerlo en casa pronto y ponemos en manos de Dios todo. Creo que esto ha sido una muestra maravillosa de que Dios nos ama”, dijo la mujer.
En el barrio donde vive Miron todos están muy preocupados por el accidente y han llegado a la casa a preguntar cómo sigue. Una de ellas es doña María Carillo, quien nos contó que conoce al copiloto desde que estaba chiquitico.
“Cuando vi la noticia de inmediato nos pareció que era Miron. Usted no sabe el susto tan grande que sentimos, le pregunté a la abuela si era él y cómo estaba y me dijo que bien, sentimos un gran alivio”, contó doña María.
El piloto Eladio Salazar Barrionuevo, de 33 años, tendrá que pasar unas tres semanas en el Hospital del Trauma.
Sufrió golpes en la cara, la mandíbula (ahí tuvieron que ponerle unas puntadas), la columna y una fractura expuesta en el tobillo derecho. Esa es la más grave de las lesiones.
Los doctores le pusieron a Eladio un soporte externo en el pie afectado para fortalecer los tejidos y se espera que en los próximos días se le haga a una operación para dejarlo puras tejas.
Salazar está consciente y con buen ánimo. Los doctores contaron que ha soportado muy bien el dolor de los golpes que sufrió.
Don Eladio Castro, papá del copiloto, dijo a La Nación que su hijo le contó que uno de los motores de la avioneta se apagó poco después de despegue. Además le relató que el piloto buscó el pastizal para evitar caer en alguna casa.
Salazar tomó la decisión de levantar al máximo la nariz de la avioneta para que lo primero que pegara en el pasto fuera la cola.
“Miron, ayúdeme a levantarle la nariz”, le dijo el piloto al copiloto con que había viajado varias veces.
La emergencia en la que resultaron heridos los dos hombres ocurrió este lunes a eso de las 9:20 de la mañana. Ellos habían salido del aeropuerto Tobías Bolaños con destino a Quepos.
Aunque aún no están claras las causas del accidente parece que fue un daño mecánico.
La mañana de este martes quienes viajaban por las cercanías del puente de la platina aprovecharon para tomar fotos de la avioneta. Personeros de Aviación Civil pasaron en labores de investigación para determinar que ocasionó el accidente.
Los restos de la avioneta fueron sacados por una grúa, la empresa Prestige Wings será la que tome la decisión de qué hacer con los pedazos.