Jean Franco Segura Prendas, el muchacho de 28 años que murió junto a otras cuatro personas en el accidente de la avioneta que se estrelló en Pico Blanco, en San Antonio de Escazú, descansará por la eternidad al lado de una de las personas que más amaba y de la que se despidió un día antes de que ocurriera la tragedia.
Así lo contó a La Teja José Enrique Segura Olivares, quien explicó que su hijo será sepultado al lado de la tumba de su abuelita materna, doña Octavia Bustos Bustos, en el cementerio de Florida de Siquirres, en Limón.
“Él quería mucho a su abuelita, doña Octavia, fue a despedirse de ella el domingo, casualmente al lugar donde él va a estar mañana (jueves). Eso fue muy significativo, porque él era muy dulce con los mayores y aunque perdió a su abuelita hace como ocho años él aún la quería mucho y la tenía muy presente”, dijo Segura.
“Lo vamos a enterrar a la par de su abuelita, porque ella fue su amor de niñez y de adolescencia, y para la abuelita él era su mayor tesoro”.
— Enrique Segura, papá de Jean Franco.
El papá de Jean Franco dijo que es visita al cementerio le llamó mucho la atención, pues su hijo solía hacerlo solo para fechas especiales.
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“Él fue el domingo en la mañana a ver a su abuelita, la verdad no sé por qué, porque no era algo que siempre hiciera, lo hacía en algunas ocasiones, pero no era muy común”, agregó.
El fatal accidente que apagó la vida de Jean Franco, quien trabajaba como guía turístico para la empresa Horizontes desde hace más de seis meses, ocurrió la tarde del lunes 25 de noviembre, cuando la avioneta de la empresa Aero Caribe, en la que viajaba, por circunstancias que están siendo investigadas, se estrelló en una zona boscosa de Pico Blanco. La aeronave se dirigía hacia el Aeropuerto Internacional Juan Santamaría.
En ese incidente también fallecieron el piloto Mario Miranda, de 40 años; la copiloto Ruth Mora, de 26; y los pasajeros: Gabriela López Calleja Montealegre, de 64 y Enrique Arturo Castillo Incera, de 56. La única sobreviviente fue Paola Amador, de 31 años.
Mensaje que nunca llegó
José Enrique contó que la última vez que vio a su hijo fue este pasado domingo, cuando compartieron algo de tiempo luego de que Jean Franco fue a visitar la tumba de su abuelita. Prendas dijo que su hijo actualmente vivía en Sagrada Familia, por lo que aprovechaba las visitas a Siquirres para disfrutar de la naturaleza que tanto amaba.
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“Podría decir mucho sobre él porque pasábamos demasiados momentos bonitos juntos. Aunque era un poco solitario porque le encantaba salir, meditar, andar en bicicleta, este fin de semana las principales horas las pasó en su bicicleta por los caminos de Florida y La Alegría de Siquirres”, contó.
En cuanto a su trabajo como guía turístico, el padre contó que Jean Franco estaba muy contento y que el viaje que hizo a Tortuguero lo tenía muy emocionado, pero lamentablemente todo terminó en una tragedia.
“Él estaba un poco entusiasmado por el viaje, porque había ido a Tortuguero como parte de su trabajo en Horizontes, nos mandó fotos de que ya iban para allá y luego mandó fotos de que ya iban a regresar y ya eso fue lo último, yo me quedé esperando que me dijera: ‘Papi, ya llegué, todo bien”.
Amante de la naturaleza
Desde muy pequeño Jean Franco sentía un gran amor por la naturaleza, era algo que lo apasionaba demasiado, y por eso fue que decidió escoger un trabajo que siempre lo mantuviera en contacto con el medio ambiente.
“Desde chiquitito tuvimos una relación muy bonita, él de alguna manera siguió algunas líneas que me gustaban y hasta las superó, sobre todo en lo que era su mundo, la naturaleza. Él se convirtió en guía turístico y no fue de chiripa, él creció caminando en los campos conmigo y nuestra familia, por eso estudio turismo ambiental”, dijo el orgulloso padre.
“Él no solo lo hacía por trabajo sino porque amaba la protección de la naturaleza, el deporte y la buena salud”.
— José Enrique Segura, papá de Jean Franco.
En cuanto a cómo era su hijo, Segura lo describió como un muchacho muy respetuoso y de pocas palabras, que se ganaba el cariño de los demás con mucha facilidad por su forma de ser tan auténtica.
“Era una persona calladita, serena, de una sonrisa dulce, muy amigable, de no decir mucho, pero sí agradar mucho, por eso en los grupos en los que estaba era el más querido”, destacó don José Enrique.
Segura dijo a este medio que el cuerpo de su hijo será velado la tarde de este miércoles en la Iglesia del Evangelio Completo (IDEC) en La Alegría de Siquirres, mientras que su funeral se llevará a cabo la mañana de este jueves en el cementerio de Florida de Siquirres.