Don Enrique Castillo Incea, una de las cinco personas que perdieron la vida en el accidente de la avioneta que se estrelló en Pico Blanco, en Escazú, es recordado por sus seres queridos como un hombre bondadoso y de pocas palabras, que vivía enamorado de su esposa y que además sentía una enorme pasión por el ciclismo.
Castillo, de 56 años, era un empresario del sector turístico, específicamente era vicepresidente del Hotel Pachira Tortuguero, sociedad anónima dueña del hotel Pachira Lodge.
El señor falleció en el accidente aéreo ocurrido la tarde de este lunes junto al piloto Mario Miranda, la copiloto Ruth Mora y los pasajeros Jean Franco Segura Prendas y Gabriela López Calleja Montealegre. La única sobreviviente fue Paola Amador.
La trágica muerte de don Enrique ha causado mucho dolor en sus seres queridos, uno de los más afectados fue don Rafael Pacheco Echandí, organizador de la Copa Endurance y el Campeonato Iberoamericano de ciclismo de montaña, quien conocía a Castillo desde hace más de 15 años debido a la pasión que ambos sentían por esa disciplina.
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“Me tocó conocerlo demasiado bien, era una persona con el ADN en el tema de aventura, el ciclismo de montaña más que todo, era una persona reservada y muy correcta, con mucha delicadeza a la hora de acercarse a hablar y sumamente seria. Tenía mucha calidad humana, sabía cómo expresar sus cosas sin hablar mucho, era muy humilde y de bajo perfil, pero se encargó de que le tomáramos cariño”, dijo Pacheco.
“Siento una pérdida como si fuera de mi familia, porque él me hacia sentir así”.
— Rafael Pacheco, amigo de Enrique
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Pacheco dijo que su amigo era un verdadero apasionado por el ciclismo de montaña, y que no solo participaba en las carreras de forma recreativa, sino que se preparaba de la mejor forma para dar lo mejor de sí en cada competición.
Según don Rafael, la última competición de Castillo fue en el Iberoamericano XCM Costa Rica 2024, a finales del mes de agosto.
“Si yo hacia 15 carreras al año él las corría todas, el Iberoamericano que acaba de pasar, que fue la carrera más dura del país, él fue de los primeros en meterse, siempre andaba viendo cómo lograba acomodar sus carreras con los objetivos de él”.
Además, Pacheco destacó la bonita relación que don Enrique tenía con su esposa, quien siempre lo apoyó en todas las competiciones.
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“Tenía una muy bonita relación con su esposa, usted no tiene idea, yo incluso pensé que ella iba en ese vuelo, porque yo nunca lo vi solo, siempre andaban juntos, en todo lo que yo los vi andaban juntos, ella le daba asistencia en las carreras, incluso ella compitió algunas veces. Era una pareja que demostraba el amor que se tenían con sus acciones”, afirmó.
En la página de Facebook de la Copa Endurance también le dedicaron un sentido mensaje a Castillo.
“Enrique no solo fue un colega, sino un amigo, un mentor y una fuente constante de inspiración. Su bondad, su ética de trabajo y su dedicación fueron faros que iluminaron el camino de muchos. En cada gesto, en cada palabra, Enrique demostró lo que significa ser grande en humildad y generosidad.
Aunque hoy nos embarga el dolor, sabemos que su memoria vivirá siempre entre nosotros, en los recuerdos y en las lecciones que nos dejó. Te extrañaremos, Enrique, pero te llevamos en el corazón”.