Sucesos

Antes de morir, pastor contó cómo fue atacado, pero a tres meses no hay detenidos por el crimen

Marvin Sotela Garro, de 52 años, fue apuñalado en un asalto en el que le quitaron la vida

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Marvin Sotela Garro, de 52 años, sufrió una agonía de 17 días, al ser víctima de un ataque en el que lo golpearon y apuñalaron.

La agresión ocurrió en el parque El Prado, en Curridabat, San José.

Él estuvo internado en el hospital Calderón Guardia, donde fue operado, conversó con su familia y hasta recibió a los investigadores judiciales que llevaban su caso; lamentablemente, días después falleció.

Así lo señaló Geovanny Sotela, hermano de Marvin, a La Teja. Ellos siguen esperando justicia por su ser querido.

“Cuando a él le hicieron ese daño, entró a la sala de operaciones, al día siguiente nosotros pudimos conversar con él, los agentes judiciales también hablaron con él; de un pronto a otro, fue decayendo, cuando nos llamaron nos dijeron que él había fallecido”, expresó Geovanny.

Marvin Sotela Garro, de 52 años, sufrió una agonía de 17 días, al ser víctima de un ataque en el que lo golpearon y apuñalaron. Foto: Geovanny Sotela para La Teja
Marvin Sotela Garro, de 52 años, sufrió una agonía de 17 días, al ser víctima de un ataque en el que lo golpearon y apuñalaron. Foto: Geovanny Sotela para La Teja (Geovanny Sotela para La Teja/Geovanny Sotela para La Teja)

Marvin, era pastor de una iglesia cristiana y también supervisor de seguridad en una cadena de supermercados.

El mortal atentado sucedió la noche del lunes 17 de febrero del 2025, luego de que saliera a comprar alimento para los perros. Él decidió ir en carro; sin embargo, el local al que fue quedaba a escasos metros de su casa, dejó el vehículo parqueado y cuando regresaba a este, ocurrió la agresión.

“Él nos contó que fue una golpiza que le dieron y que después llegó otro muchacho y lo apuñaló”, sostuvo el hermano.

Marvin sufrió tres puñaladas en el abdomen, una en el tórax y también en la espalda; le golpearon la cara, y una pierna la tenía raspada, porque lo arrastraron hacia adentro del parque donde sucedió la atrocidad.

Los delincuentes le quitaron un celular y un bolso tipo maricona en el que llevaba las tarjetas y la cédula.

“Él tuvo fuerzas para salir del parque y caminar hasta el frente, donde hay una clínica que es privada, a la cual llegó a pedir auxilio, pero le dijeron que no lo podían ayudar porque estaba herido y lo único que hicieron fue llamarle a una ambulancia”, recordó el pariente.

La familia espera que los investigadores de homicidios resuelvan este caso y no quede impune.

“El OIJ no nos ha dicho nada. Ese día mi hermano llevaba dos teléfonos, él andaba uno y el otro quedó en el carro, los asaltantes se llevaron uno y el otro lo decomisó el OIJ.

“Aún no nos han dado una causa de muerte, porque el patólogo dijo que él fue muy traveseado en el hospital y querían decomisar el expediente del hospital Calderón Guardia, porque, aparentemente, también hubo una mala praxis”, indicó Geovanny.

Marvin era una persona jovial, sin vicios y siempre vivía preocupado por los demás.

“Él nunca padeció de nada, era muy sano, muy trabajador, muy honesto y no andaba haciéndole daño a nadie; el único vicio de él era salir a comerse una hamburguesa y un fresco con los amigos de la iglesia”, señaló el familiar.

Marvin Sotela Garro, de 52 años, sufrió una agonía de 17 días, al ser víctima de un ataque en el que lo golpearon y apuñalaron. Foto: Geovanny Sotela para La Teja
Marvin Sotela Garro, de 52 años, sufrió una agonía de 17 días, al ser víctima de un ataque en el que lo golpearon y apuñalaron. Foto: Geovanny Sotela para La Teja (Geovanny Sotela para La Teja/Geovanny Sotela para La Teja)

Marvin vivía pendiente de su mamá, quien es una adulta mayor. Ella ha sufrido la ausencia de su hijo, quien la cuidaba mucho.

“Fue muy especial como hijo y hermano, toda su vida se la entregó a Dios, él le llevaba alimentos a los indigentes, también para Navidad les daba regalos a los niños, visitaban las zonas indígenas para entregar regalitos y comida.

“Él era pastor de jóvenes. Él vivía entregado a cuidar a mi mamá, también asistía a la iglesia los miércoles, jueves, sábados y domingo para servir. Lo principal que nos dejó fue que a muchas personas las trajo al camino de Cristo”, recordó Geovanny.

Concluyó diciendo que tratan de salir adelante, pero el miedo y la incertidumbre siempre los agobia al esperar la justicia por su ser querido.

Alejandra Morales

Alejandra Morales

Bachillerato en Periodismo en la Universidad Internacional de las Américas y licenciada en Comunicación de Mercadeo en la UAM. Con experiencia en temas de sucesos y judiciales.

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