Sucesos

Árbitro presentía que fallecería un mes y medio antes de morir en terrible accidente

La familia de José Agustín Gutiérrez, conocido como “Pepe”, vive con un sinsabor, pues tras 10 años de su muerte aún no se ha hecho justicia por su caso

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José Gutiérrez murió hace 10 años tras ser atropellado por un conductor que se dio a la fuga. Foto cortesía.
Pepe era un amante del fútbol y, por lo general, se le veía pitando en todos los partidos en Aserrí. Foto cortesía.

José Agustín Gutiérrez Alegría, de 26 años, era un árbitro aficionado que estaba muy cerca de cumplir uno de sus grandes sueños, que era pitar en Segunda División del fútbol nacional. Lamentablemente, una tragedia se interpuso en su camino y terminó costándole la vida.

Lo más extraño del caso de “Pepe”, como le decían de cariño a José, es que él mismo habría presentido que algo malo le pasaría antes de que pudiera alcanzar esa meta que tanto anhelaba.

Así lo contó a La Teja Viviana Gutiérrez, hermana de José, quien recordó que mes y medio antes de la tragedia, Pepe llegó hasta su casa en Guanacaste para pedirle una extraña promesa relacionada con su muerte, la cual ella terminó cumpliendo poco tiempo después.

“Él siempre que venía de San José para Guanacaste me avisaba, entonces yo oraba por él para que llegara con bien, pero ese día llegó así sin avisar, me asustó más bien cuando lo vi en la puerta. Yo pienso que él lo presentía”, recordó.

Lo más duro para la familia del árbitro aficionado es que José falleció cuando trataba de ayudar a otra persona, y hasta el día de hoy, diez años después de su muerte, aún no se ha hecho justicia por lo que le pasó.

“Yo vivo con un sinsabor por lo que le pasó a mi hijo, porque hasta el día de hoy no se le ha hecho justicia; siempre lo recuerdo, porque a diario tengo que pasar donde me lo mataron”, dijo don José Agustín, papá de Pepe.

“Siempre lo recordaré por lo que él era, una calidad de hijo”.

—  Don José Gutiérrez, papá de José.

La muerte de José, quien vivía junto con sus papás en el barrio Santa Teresita de Aserrí, San José, ocurrió la madrugada del sábado 15 de noviembre del 2014, cuando viajaba en motocicleta junto a un amigo por el barrio San Marta, en San Francisco de Dos Ríos.

Cuando los amigos pasaban por donde estaba las antiguas instalaciones de radio Reloj se toparon con un accidente, pues otro motociclista estaba tirado sobre la calle tras ser golpeado por un carro. El conductor del vehículo se detuvo a ver qué había pasado, y como nada le ocurrió al carro ni a la moto siguió su camino.

Al parecer, el afectado trató de arrancar su moto, pero no pudo hacerlo. Al ver eso, José no se lo pensó dos veces para bajarse de su motcicleta y acudir en ayuda de ese hombre.

De acuerdo con la versión dada por las autoridades en aquel entonces, cuando el joven árbitro estaba de cuclillas viendo qué le había sucedido a la moto, un carro pasó volado y se lo llevó por delante, para luego darse a la fuga como si nada hubiera pasado.

José Gutiérrez murió hace 10 años tras ser atropellado por un conductor que se dio a la fuga. Foto cortesía.
El buen corazón de Pepe lo hizo detenerse a ayudar al motociclista varado. Foto cortesía.

“Lo que supe fue que él venía en su moto y se bajó a ayudar a otra persona, no sé si que es estaban muy adentro de la calle o si la persona que iba manejando el otro carro iba borracha o si fue que no lo vio, solo sabemos que el carro se lo llevó”, dijo la hermana de Pepe.

El golpe que recibió Gutiérrez fue tan fuerte que su cuerpo quedó tirado a unos tres metros sobre la calle. Cuando los paramédicos llegaron a la escena determinaron que ya no había nada que hacer por el buen samaritano.

Pepe era un gran aficionado al fútbol y, aunque no logró cumplir su meta de ser jugador profesional, se enfocó en seguir ligado al deporte de sus amores siendo árbitro. Por eso se estaba esforzando mucho para obtener la acreditación que le permitiera pitar partidos de segunda y así algún día llegar a Primera División.

“Él iba a pitar el último partido como de prueba para ya meterlo a ser árbitro en la Segunda División; incluso, me acuerdo que ese juego iba a ser en Liberia, que iban a jugar unos equipos de mujeres, él iba a pitar ese encuentro”, recordó don José Agustín.

“Le gustaba mucho el fútbol y él estaba estudiando para convertirse en árbitro; de hecho, ya estaban por darle el título, ya solo eso le faltaba”.

—  Viviana Gutiérrez, hermana de José.

Don José también recordó que para, aquel entonces, su hijo estaba buscando un trabajo estable, pues ocasionalmente, trabajaba como mensajero; lamentablemente, la oportunidad llegó luego de la tragedia.

“En ese entonces él me dijo que estaba buscando trabajo, pero que no lograba encontrar y el mismo día que él murió lo llamaron de una empresa, y mi esposa les dijo que él ya había muerto, que tanto que la había pulseado buscando trabajo y ahora que lo estábamos velando lo llamaban para un trabajo”, dijo el señor.

Para Pepe su hermana Viviana era como una segunda mamá, pues ella al ser mayor se había encargado de cuidarlo y protegerlo cuando era un niño, por eso es que tenían una relación muy cercana, aunque él viviera en San José y ella en Guanacaste, de donde es oriunda toda su familia.

José Gutiérrez murió hace 10 años tras ser atropellado por un conductor que se dio a la fuga. Foto cortesía.
Según sus seres queridos, Pepe llegó a presentir que algo malo le iba a pasar. Foto cortesía. (Gesline_Anrango_W)

“Cuando podía él pasaba a visitarnos, sobre todo, en Semana Santa y en diciembre”.

Viviana contó que la última vez que vio a su amado hermano fue un mes y medio antes de que ocurriera el accidente, cuando él llegó sin previo aviso a visitarlos, lo que le pareció muy extraño.

“Sentí que fue como una despedida, porque vino a mi casa, me abrazó y me besó, y me dijo: ‘Mamá, yo a usted la quiero mucho’. Le respondí que también lo quería mucho”.

José se quedó a comer con su hermana y la familia de ella, luego de ese momento bonito que vivieron juntos fue cuando Pepe le hizo una extraña petición.

“Comió con nosotros y me dijo que había venido para decirnos algo, y me dijo: ‘¿Le puedo pedir un favor?, si a mí me pasa algo usted puede traerme aquí a Guanacaste a que me entierren’. Yo le dije que estaba bien, pero que no me gustaba que dijera esas cosas, que no hablara tonterías”, recordó.

Tras despedirse de Viviana, José continuó su viaje hacia Liberia para visitar a sus otros dos hermanos, quienes también sintieron esa visita como una especie de último adiós.

“Llamé a mi cuñada y le pregunté si Pepe había llegado y me dijo que sí, que llegó abrazándolos y besándolos, como si fuera una despedida, algo que les pareció muy extraño”.

Viviana recordó que recibió el golpe por la muerte de su hermano cuando ella y su esposo se encontraban cogiendo café en Puriscal, lugar al que tuvieron que ir por la falta de trabajo en Guanacaste.

Tras recibir la triste noticia por parte de su papá, a su mente vino aquella petición que Pepe le había hecho en la última visita a su casa, por lo que ella decidió hacer hasta lo imposible por honrar esa promesa.

“La pareja de él quería enterrarlo en Aserrí, pero le conté lo que él me había dicho cuando me visitó y le dije que yo tenía que cumplir con la promesa que le hice. Al final, le dimos santa sepultura acá, en Filadelfia de Carrillo”, comentó Gutiérrez.

“Lo recuerdo como una persona muy alegre, que quería mucho a sus hermanos y le gustaba darles bromas a los demás, era demasiado cariñoso con toda su familia.

—  Viviana Gutiérrez, hermana de José.
José Gutiérrez murió hace 10 años tras ser atropellado por un conductor que se dio a la fuga. Foto cortesía.
Don José no pierde la esperanza de que algún día se resuelva el caso de su amado hijo. Foto cortesía. (Gesline_Anrango_W)

Lo más duro para la familia de Pepe es que han pasado 10 años desde su trágica muerte, y al día de hoy las autoridades no han hecho justicia por su caso, pues ni siquiera han podido identificar al conductor que se dio a la fuga aquella madrugada.

“Fui muchas veces al OIJ a preguntar si ya sabían quién había sido, pero nunca apareció nadie. La última vez me dijeron que ya eso llevaba tamaño rato y que lo dejaban quedito, para ver si salía algo más”, contó don José.

El padre de Pepe dijo que por sus propios medios trató de averiguar algo sobre ese conductor; incluso, anduvo preguntando por la zona donde ocurrió el atropello, pero nunca le dijeron nada útil.

Ese sentimiento de tristeza e impotencia también es compartido por Viviana, quien explicó que desde hace muchos años ella decidió dejar todo en manos de Dios.

“Yo sé que a Dios no se le escapa nada, tarde o temprano todo sale a la luz y si no es así esa persona tendrá que rendirle cuentas a Dios, porque todos tenemos que hacernos responsables de nuestros actos. En esta vida nadie se va sin pagar, por ese lado mi papá y mis hermanos estamos tranquilos”.

Pese al terrible dolor que le causó ese conductor, don José aseguró que no siente odio hacia esa persona, hace años decidió perdonarlo y ahora solo le gustaría saber quién es y que le expliqué qué paso día.

Adrián Galeano Calvo

Adrián Galeano Calvo

Periodista de Sucesos y Judiciales en el periódico La Teja desde 2017. Cuenta con un bachillerato en Relaciones Públicas de la Universidad Latina y una licenciatura en Comunicación de Mercadeo de la UAM. En el 2022 recibió el premio a periodista del año del periódico La Teja.

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