Un guarda de seguridad privada se vio forzado a encubrir un millonario asalto al Maxi Palí de El Roble de Puntarenas, ya que los maleantes lo amenazaron con matar a su familia si le decía algo a la Policía.
Trascendió que los delincuentes huyeron con un botín que superaría los ¢30 millones, entre dinero en efectivo, celulares, pantallas y otros aparatos electrónicos.
El golpazo ocurrió este martes 28 de abril en horas de la madrugada, momento en el que la Fuerza Pública de Puntarenas recibió una alerta sobre movimientos extraños dentro del supermercado.
Pablo Bertozzi, director regional de la Fuerza Pública de Puntarenas, explicó que varios oficiales llegaron al lugar y conversaron con el vigilante, cuya identidad no se dio a conocer.
“El oficial de seguridad privada les dijo que no ocurría absolutamente nada y que todo estaba en orden, por eso los policías se fueron.
Sin embargo, los uniformados notaron al guarda muy nervioso y decidieron regresar al supermercado.
“El guarda les dijo que sí se metieron a robar y que él no les dijo nada en la primera oportunidad porque lo tenían amenazado de muerte a él y que su familia la tenían retenida”, detalló el jefe policial.
Cuando los uniformados entraron al local hallaron un cajero automático que los bichos despedazaron para sacarle el dinero y que vaciaron todas las cajas registradoras.
El OIJ indicó que se trataría de un grupo de entre cuatro y cinco sujetos que hicieron un hueco en la malla trasera del local para meterse.