Un Tribunal condenó a 166 años en total a las cinco personas que participaron en el homicidio del empresario Stefano Calandrelli.
Los jueces dieron a conocer la decisión este martes en la tarde en los tribunales de San Joaquín de Flores, en Heredia.
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Los responsables del crimen son dos mujeres de apellidos Smith Smith, quien recibió una sentencia de 55 años de prisión y Vega Badilla, condenada a 47 años. Y tres hombres apellidados Rivas Suazo, quien recibió un castigo de 36 años; Cerdas Sánchez, condenado a tres años con beneficio de ejecución de la pena y Hernández Herrera, sentenciado a 25 años de prisión.
Ellos fueron condenados por los delitos de asociación ilícita, homicidio calificado, privación de libertad agravada y robo agravado.
La Fiscalía demostró en el juicio que antes de abril del 2018 los imputados conformaron una banda para atraer hombres por una red social. El Ministerio Público señaló que los imputados formalizaban una cita con un hombre y este se reunía con las dos mujeres en una casa localizada en San Joaquín de Flores.
El 17 de abril de ese año la imputada Smith tuvo una cita con un hombre de apellido Rodríguez en dicha vivienda; luego llegó Vega y juntas lo privaron de libertad. Las pruebas permitieron demostrar que las delincuentes le exigieron al ofendido dar información de sus cuentas bancarias, lo llevaron a dos cajeros automáticos y lo obligaron a retirar dinero; luego lo abandonaron en Moravia.
Días después, el 14 de mayo, Smith volvió a contactar a un hombre por la red social, en esta ocasión a Stefano Calandrelli. La Fiscalía evidenció que la víctima llegó a la misma casa y ahí lo recibió Smith junto con Vega.
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Al empresario lo llevaron a una habitación trasera, donde llegó Rivas; ahí lo privaron de libertad y, bajo amenazas, lograron que la víctima les diera información de sus cuentas bancaria.
La prueba aportada por este despacho demostró que los integrantes de la banda asesinaron a Calandrelli y luego todos los imputados sustrajeron plata de sus cuentas.
Para tratar de encubrir el homicidio, los imputados lanzaron el cuerpo de la víctima al río Sucio, en Guápiles, donde fue hallado días después.