A un hombre de apellidos Jiménez Berrocal, conocido como Luigi, lo condenaron a 35 años de cárcel por ordenar el vil asesinato de su hermano Jorge Jiménez Berrocal.
La sentencia la dictaron este viernes, a las 7:30 de la noche, las juezas Cinthia Ramírez Angulo, Amelia Robinson Molina y Laura Chaves Lavagni, en la sala 13 del Tribunal Penal de Goicoechea.
Este debate llegó a su fin luego de más de tres meses de audiencias, ya que inició el 20 de febrero anterior.
Durante estos meses, los hijos de Macho Jiménez, como le llamaban de cariño a la víctima, estuvieron presente en el juicio.
Ellos consideraron que hasta al fin hubo un poco de justicia para su ser querido, quien durante varios años e incluso 15 días antes de ser asesinado, le pidió a las autoridades judiciales que hicieran algo porque lo iban a matar.
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Luigi fue custodiado por los agentes de cárceles del OIJ, pues el Tribunal le impuso seis meses de prisión preventiva mientras la sentencia queda en firme.
El condenado, además, debe pagar ¢100 millones por los daños morales causados.
También tomaron una decisión sobre el otro hermano sospechoso de ordenar este ataque, igual de apellidos Jiménez Berrocal.
“Se ordena remitir al coencartado Jiménez Berrocal al médico forense del Poder Judicial para que se realice una pericia psiquiátrica que determine lo correspondiente sobre su capacidad o no de enfrentar el proceso penal”, señaló la jueza Amelia Robinson Molina.
Avaricia
Las juezas señalaron que este crimen de odio se generó a raíz de la avaricia por parte de los hermanos.
“Podemos perderlo todo y recuperarlo, menos la vida y en este caso la forma de muerte fue violenta, se dieron tantos impactos a la persona víctima que perdió su configuración, no era un rostro digno de ver... Esto no puede ser más que una señal de odio, para matar a una persona basta un balazo, no siete y este Tribunal lo observó lamentable”, señaló la jueza.
Lo sigue llamando tío
La hija mayor de Macho habló en el debate, antes de que las juezas dieran su veredicto.
Ella sigue llamando tío a Luigi y señala que verlo durante las audiencias ha sido difícil porque incluso tiene un parecido a su papá.
“Esto es doblemente difícil porque el que está enfrente es mi tío, como hermana mayor (de los hijos de Macho) compartí con él, es muy parecido físicamente a mi papá, me ha afectado mucho verlo, escucharlo”, manifestó.
Asegura que se siente orgullosa de su familia Jiménez Berrocal.
“Le digo a mi tío, porque por más que haya matado a mi papá, sigue siendo familia, creo que esto es responsabilidad de todos, pero sobre todo inicia de un padre que le da moralmente permiso a sus hijos de matarse entre ellos.
“Le da el ejemplo a sus hijos de que así se resuelven los problemas y eso fue lo que pasó acá”, manifestó la hija mayor.
Además, recordó una conversación con su abuelo paterno en la que se perdonaron.
“Que pedía perdón, que se arrepiente y gracias a Dios eso quedó allá; sin embargo, dejó una marca terrible en sus hijos, cuando no se pudieron poner de acuerdo y les dio permiso para solucionar las cosas así”, manifestó.
Johanna dijo que lo único que quería era justicia por la memoria de su padre.
“Mi papá no era un hombre perfecto, no lo tenemos idealizado para nada, pero nadie en la vida merece morir así”, expresó.
Asegura que pese a que tiene buena relación con su familia paterna, sabe que para ellos es más fácil ver hacia fuera y culpar a cualquiera, pero pese a esto no les guarda ningún rencor.
“Cualquiera que pase por la calle pudo haber sido el asesino de mi papá, pero no cualquiera puede tener la responsabilidad de decir: ‘Aquí hicimos algo mal’, y eso es lo que la familia Jiménez Berrocal aquí ha hecho y entiendo su dolor, entiendo que han querido tener una imagen de una familia distinguida, trabajadora y es muy duro admitir que se maten entre hermanos y lo entiendo, pero ha sido una actitud totalmente irresponsable”, manifestó.
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Temor los persigue
“La Justicia de este país le falló a mi papá, aquí no podemos vivir tranquilos, salí del país con mis hijos y no me sentía capaz de caminar por una acera sin que me tiemble todo, no me siento capaz de que me pase una moto cerca gracias a este señor y a esta familia”, añadió la hija.
Macho fue asesinado el 30 de enero del 2015, en un parqueo frente a la clínica Clorito Picado, en Cinco Esquinas de Tibás, por dos sicarios que nunca fueron detenidos.
Las juezas señalaron que durante el debate vieron que las amenazas de Luigi contra Macho fueron en crecimiento y no les queda duda que él fue quien planeó el vil asesinato luego de reiterados atentados fallidos.