Sucesos

Confesión inesperada: asesino admitió que mató a joven pareja tras hablar con amigo y sacerdote

El atroz homicidio de una joven pareja en un mirador en Cartago estremeció a todo el país

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Caso de novios asesinados en Paraíso de Cartago, en el 2014. Foto Archivo.
Todo Paraíso de Cartago quedó conmocionado por el crimen. Foto Archivo. (Archivo/Caso de novios asesinados en Paraíso de Cartago, en el 2014. Foto Archivo.)

Un acto de nobleza por parte de un amigo, así como la intervención de un sacerdote, fueron claves para que un joven peón agrícola, de 21 años, decidiera revelarles a las autoridades que él había sido el responsable de un atroz crimen que estremeció a todo el país.

Fue de esa forma como Gerardo Ramírez Obando confesó a las autoridades que había sido él quien, de forma despiadada, le arrebató la vida a una pareja de novios, una muchacha apellidada Cortés, de 15 años, y un joven apellidado Condorí, de 16 años.

Ese terrible crimen ocurrió en enero del 2014 y aunque ya han pasado más de 10 años, ese caso sigue muy presente en la mente de muchos, pues se trató de un hecho que conmocionó a todo el país, ya que eran dos jóvenes inocentes que solo querían pasar un rato juntos en un mirador de Cartago.

Beatriz González es una de las personas que más recuerda ese crimen, pues para ese momento ella era especialista de escena del OIJ de Cartago, por lo que tuvo una participación directa en todo lo que fue la investigación.

De ese caso tan doloroso, lo que más recuerda González es el amor que se tenían los novios, hasta el punto de que ni la muerte pudo separarlos.

“De todo, lo que me queda es ese amor que le tenía el muchacho a ella, el amor que se tenían, independientemente de que fueran tan jóvenes. Él la amaba tanto que no iba a permitir que le hicieran daño”, dijo González.

Caso de novios asesinados en Paraíso de Cartago, en el 2014. Foto Archivo.
El mirador era muy frecuentado por jóvenes parejas. Foto Archivo. (Archivo/Caso de novios asesinados en Paraíso de Cartago, en el 2014. Foto Archivo.)

La investigadora también destacó la gran investigación que se realizó para demostrar que, efectivamente, Ramírez había sido el autor del crimen.

El caso se inició la tarde del lunes 13 de enero del 2014, cuando Condorí pasó a recoger a su novia a su casa, en Llanos de Santa Lucía, en Paraíso de Cartago, pues tenían planeado ir al Jardín botánico Lankester para tomar unas fotos con la cámara que los papás de ella le habían regalado para Navidad.

Las horas pasaron y la pareja nunca apareció; la angustia de sus seres queridos aumentó al ver que estos no respondían sus celulares. Fue por eso que varios de sus allegados los buscaron durante toda la noche y parte de la madrugada del martes.

Beatriz recordó que la mañana del 14 de enero los padres de la muchacha se presentaron al OIJ a interponer una denuncia por la desaparición de los dos jóvenes, quienes eran parte de la Escuela de Música de Paraíso.

“La situación era muy extraña, porque eran dos jóvenes que nunca se habían fugado del hogar, que más bien eran muy hogareños, y solo acostumbraban a salir a darse una vuelta, pero siempre regresaban a sus casas”, comentó.

La búsqueda de los novios continuó ese martes con la participación de varios de sus amigos, la cual terminó siendo clave, pues fueron estos quienes descubrieron que los novios no habían ido al mencionado jardín botánico, sino a un mirador conocido como Cerro Bambú o Circo Bambú, que tiene unas vistas a campos y cultivos.

Caso de novios asesinados en Paraíso de Cartago, en el 2014. Foto Archivo.
Ramírez y otro sujeto cavaron las fosas cerca de este río. Foto Archivo. (Archivo/Caso de novios asesinados en Paraíso de Cartago, en el 2014. Foto Archivo.)

“Los fueron a buscar a ese mirador, porque el muchacho le había contado a un primo de su novia que iban a ir a ese lugar. Los amigos empezaron a buscar y al descender, aproximadamente 200 metros, llegaron hasta un río, donde encontraron unas manchas de sangre y una parte de tierra removida. Ahí fue cuando informaron a Fuerza Pública”, recordó la investigadora.

González contó que al llegar al mirador realizaron un trabajo de inspección y allí encontraron varios objetos, como una ficha de estudio cuya letra coincidía con la de la jovencita, además de otras pertenencias de la pareja, pero aún no había rastro de ellos.

Seguidamente, los investigadores avanzaron hasta donde los amigos de los novios encontraron los rastros de sangre y la tierra removida.

“En ese lugar confirmamos los rastros de sangre y dos espacios con tierra removida. Empezamos a revisar superficialmente el primero y nos encontramos un zapato tipo tenis blanco; le tomamos fotografía, y al mostrársela a los familiares de ella, nos dijeron que sí le pertenecía.

“Seguimos removiendo la tierra y encontramos una blusa y una media; posteriormente, encontramos el cuerpo de la muchacha, que estaba en posición fetal, con las manos atadas, y tenía varias heridas de arma blanca y de fuego”, explicó la investigadora.

Caso de novios asesinados en Paraíso de Cartago, en el 2014. Foto Archivo.
Las fosas en las que enterraron a los novios estaban separadas por el río. Foto Archivo. (Archivo/Caso de novios asesinados en Paraíso de Cartago, en el 2014. Foto Archivo.)

Esa dolorosa escena empeoró poco después, pues los investigadores cruzaron el río, el cual estaba con el caudal muy bajo, para llegar hasta el otro punto donde había tierra removida.

“Al revisar, encontramos primero las extremidades inferiores de una persona, ya luego confirmamos que era el cuerpo del muchacho. También presentaba múltiples heridas de arma blanca y de fuego”.

Tras un rápido análisis, los agentes llegaron a la conclusión de que en ese crimen había participado más de una persona. Uno de los elementos que los hizo pensar eso fue que las fosas donde estaban los cuerpos eran muy diferentes una de otra.

“Logramos determinar que a los novios los bajaron hasta ese lugar de difícil acceso. Ahí determinamos que no fue una sola persona, mínimo tuvieron que participar dos, que pudieran minimizar a la pareja y, posteriormente, llevarlos hasta el río, donde empezaron a ejecutar una serie de acciones agresivas contra los muchachos”.

Tras hallar los cuerpos de los novios, el OIJ empezó a darle cacería al asesino, pues sabían que se trataba de alguien que conocía muy bien esa zona. Al revisar los alrededores, descubrieron que las personas que iban a ese mirador usaban un trillo cerca de unas casas para ingresar a una finca que daba paso a ese lugar. Por ese mismo punto habrían pasado los novios.

“También logramos encontrar dentro del río, a varios metros de donde estaban los cuerpos, el salveque de los muchachos, en el cual llevaban varias cosas. El asesino le había metido un montón de piedras para que el agua no se lo llevara y así luego ir a sacar las pertenencias”.

Caso de novios asesinados en Paraíso de Cartago, en el 2014. Foto Archivo.
Los novios formaban parte de la Escuela Municipal de Música. Foto Archivo. (Archivo/Caso de novios asesinados en Paraíso de Cartago, en el 2014. Foto Archivo.)

González recordó que, en medio de esas diligencias, el miércoles 15 de enero recibieron una noticia que los dejó sorprendidos, pues les informaron que al OIJ de Cartago se había presentado un joven de 21 años, quien aseguró haber sido él quien cometió el crimen de los novios. Se trataba de Gerardo Ramírez Obando.

“Era un muchacho retraído, con problemas de aprendizaje. Era un sujeto que medía 1,90 metros; eso era muy importante, porque al ver el traslado del joven al otro lado del río, pensamos que eso tuvo que haberlo hecho una persona grande y fuerte”.

De inmediato, el OIJ coordinó el respectivo allanamiento a la casa de Ramírez, y descubrieron que su vivienda era una de las que estaba ubicada cerca del trillo por el que pasaban las personas que iban al mirador.

“En el allanamiento encontramos varios indicios, decomisamos las ropas y también encontramos el arma de fuego que había usado, así como la cámara de la víctima. También encontramos varios cuchillos, pero fueron indicios que no estaban a la vista, sino que él trató de ocultarlos dentro del cielo raso o debajo del piso de madera”, explicó González.

Para el OIJ, la confesión de Ramírez no era suficiente, pues debían tener más pruebas para demostrar, sin ningún tipo de duda, que él era el asesino de los novios.

González recordó que, como parte de las diligencias, conversaron con los peones que trabajaban con Gerardo en la misma finca que le pertenecía a su tío. Uno de sus trabajadores, quien era cercano a Ramírez, les reveló cómo fue que lo convencieron para que confesara el crimen.

Ramírez, quien medía casi dos metros, fue condenado a 65 años de cárcel por el cruel crimen. (Picasa)

“Hablamos con uno de los peones y él nos contó que Gerardo lo había llamado para decirle que le tenía un negocio, y que hablaban al día siguiente. Cuando se vieron, Gerardo le enseñó una cámara y le dijo que la estaba vendiendo. En ese momento, llegó el tío del sospechoso y reunió a todos los peones para decirles que la noche anterior habían estado trabajando hasta tarde porque estuvieron colaborándole al OIJ, ya que habían aparecido dos muchachos asesinados.

“El amigo de Gerardo se asustó y preguntó que por qué los habían matado y el tío del sospechoso le dijo que los habían llegado a asaltar y les habían robado una cámara fotográfica”, relató González.

El peón recordó que en ese mismo instante él volvió a ver a Gerardo y este simplemente agachó la cabeza, confirmando así sus sospechas.

“Cuando estaban trabajando, le preguntó que si tenía que ver algo con eso, que de dónde había agarrado la cámara. Gerardo al principio lo negó y ya luego le dijo que la cámara era de los muchachos y que él había participado en el asalto. Gerardo le preguntó al amigo qué hacía y este le dijo que se entregara a la Policía. Llamaron al tío y Gerardo le contó todo; el señor muy asustado llamó al padre de Paraíso para decirle lo que estaba pasando, entonces el sacerdote le dijo que fuera y se entregara”.

En aquel entonces trascendió que Gerardo no solo había hablado con el sacerdote, sino que se confesó con este antes de entregarse a las autoridades.

Durante el funeral de la muchacha, los investigadores descubrieron otro dato de suma importancia, pues vieron a una joven que lloraba desconsoladamente, y al entrevistarla poco después, se enteraron de que ella también había sido víctima de Ramírez.

Caso de novios asesinados en Paraíso de Cartago, en el 2014. Foto Archivo.
Las personas que iban al mirador usaban un trillo que quedaba a pocos metros de la casa de Ramírez. Foto Archivo. (Archivo/Caso de novios asesinados en Paraíso de Cartago, en el 2014. Foto Archivo.)

“Ella manifestó que le había pasado lo mismo que a la muchacha asesinada, que ella y un amigo llegaron a ese mirador y que ahí los habian asaltado, les habían quitado las pertenencias y la ropa. Ella, efectivamente, reconoció a Gerardo como la persona que los había asaltado”.

Ese mismo año del 2014, se realizó el juicio contra Ramírez, a quien el Tribunal de Juicio de Cartago condenó a 65 años de prisión, condena que fue readecuada a 50 años, que es lo máximo permitido por la ley.

En cuanto a cómo ocurrieron los hechos, González dijo que siempre manejaron la versión de que Ramírez había contado con la ayuda de otra persona, pero este nunca quiso delatarlo.

También llegaron a la conclusión de que el joven dio su vida por tratar de proteger a su amada novia.

“Presumimos que ellos fueron interceptados por Gerardo y otra persona en el mirador, y que estos le pidieron la cámara a la jovencita, pero ella no iba a querer desprenderse de un regalo que sus papás le habían dado hace poco, y el muchacho, por el amor que le tenía, no iba a dejar que le hicieran daño en ningún momento, e iba a defenderla por sobre todas las cosas”.

En cuanto a Ramírez, la investigadora lo recordó como una persona solitaria y que sufrió muchas dificultades en su adolescencia.

“Descubrimos que era retraído en la escuela, no tenía amigos, se burlaban mucho de él; nunca pudo tener un noviazgo y no confiaba en las personas. El círculo de amigos de él era supercerrado; nos decía un amigo que a él le gustaban mucho las armas y los cuchillos, y con quien tenía confianza hablaba de ese tema”, recordó.

Caso de novios asesinados en Paraíso de Cartago, en el 2014. Foto Archivo.
Caso de novios asesinados en Paraíso de Cartago, en el 2014. Foto Archivo. (Archivo/Caso de novios asesinados en Paraíso de Cartago, en el 2014. Foto Archivo.)
Adrián Galeano Calvo

Adrián Galeano Calvo

Periodista de Sucesos y Judiciales en el periódico La Teja desde 2017. Cuenta con un bachillerato en Relaciones Públicas de la Universidad Latina y una licenciatura en Comunicación de Mercadeo de la UAM. En el 2022 recibió el premio a periodista del año del periódico La Teja.

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