Josué Araya Granados, de 37 años, es un costarricense que dio apoyo durante la tragedia que cobró la vida de 231 personas, tras el desplomarse del techo de la discoteca Jet Set, en República Dominicana.
Araya regresó a suelo tico, pero antes de devolverse fue contactado por las autoridades dominicanas, quienes le agradecieron que sacrificara sus vacaciones para dar su ayuda durante esta fatalidad que ocurrió la madrugada del martes 8 de abril del 2025.
A él le dieron una medalla de condecoración y un casco de bomberos como agradecimiento por su ayuda desinteresada.
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Como si fuera poco, la tripulación del vuelo de Panamá a Costa Rica también elogió el actuar del costarricense.
“Mi pareja y yo, íbamos de paseo junto con otras personas, íbamos llegando a República Dominicana y sin querer nos hospedamos a cinco minutos del Jet Set, veíamos mucho movimiento de ambulancias, ejército, patrullas, nos asustamos, pensamos que era peligroso el lugar, pero cuando preguntamos nos enteramos de que había ocurrido la situación.
“Esa noche no pude descansar bien, me quedé con esa inquietud (de tener que hacer algo más). Llegué al lugar y me encontré al coronel Edwin Olivares, él es el jefe de operaciones de emergencias en República Dominicana y cuando me presenté, él vio que andaba ropa táctica (ropa diseñada para dar comodidad en trabajos peligrosos)”, recordó Araya.
Él colaboró durante dos días y antes de volver a Costa Rica lo llamó el coronel Olivares al centro de mando, al llegar le dieron la medalla que conserva como un tesoro en San Ramón, Alajuela, de donde es vecino.
Josué, afirma que fue policía de la Fuerza Pública durante 13 años, renunció hace tres años y fue durante esos años de servicio, en los que recibió entrenamientos que le permitieron dar ayuda a las víctimas de la discoteca Jet Set.
En la actualidad es gerente de operaciones en una empresa de seguridad privada, además tiene un emprendimiento de inversiones.
En la tragedia del Jet Set murió la costarricense Karla Sánchez Solórzano, de 41 años; ella se encontraba de vacaciones con su esposo, el piloto de aviación Pedro Cepeda Espinoza, quien también falleció.
Esta fatalidad también cobró la vida del cantante merenguero Rubby Pérez, quien estaba cantando en el recinto cuando el techo se desplomó.