EscucharVíctor Redondo Jiménez, de 50 años, fue despedido con un mariachi y rodeado del cariño de quienes lo conocieron en vida.
Él era el querido motociclista que murió la mañana del miércoles 30 de abril, al ser atropellado por un tráiler sin frenos, en el cruce de doña Lela, sobre la carretera Braulio Carrillo, en la ruta 32.
A las 11 a.m. de este viernes 2 de mayo, le hicieron una misa en la iglesia de Coronado, San José, luego lo pasaron al cementerio de Vista de Mar, en Goicoechea.
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Lilliana Vargas, conocida de Víctor, estuvo en el funeral y, en medio del dolor, agradeció que él no sufrirá por las lesiones que tuvo.
“Le doy gracias a Dios que él no estará sufriendo, aunque su ausencia es muy dura para todos”, dijo Vargas.
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Minor Berrocal, también llegó a despedir a su amigo, allí recordó que el día del accidente lo llamaron y de inmediato corrió para tratar de ayudar a su amigo, pero al final fue imposible.
“Lo vi cuando él pedía ayuda, pero estaba muy prensado, un amigo de la grúa me decía: ‘Veamos a ver cómo lo alzamos’, se me reventó la cadena, él luchó hasta lo último, era un hombre valiente, servicial, Dios se llevó una buena persona”, mencionó Berrocal.
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Víctor peleó siete horas por su vida y soportó cinco paros cardiacos tras el grave accidente que sufrió; sin embargo, las graves lesiones se lo terminaron llevando de este mundo.
Él formaba parte del grupo Moto Club Ciudad Colón, quienes también estuvieron en la despedida, dándole homenaje al capitán de rutas, ya que él que era el designado para guiar a los demás motorizados.
Víctor también era trailero, de hecho, al momento del accidente se dirigía a recoger el camión, pues debía viajar hacia Guanacaste. Estaba cerca de llegar al trabajo cuando sucedió la desgracia.
