Una mujer de apellidos Villareal Sandoval, funcionaria de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS); su pareja, de apellidos Herrera Jiménez; su hija, de apellidos Herrera Villareal y su yerno, de apellidos Monge Salas, fueron detenidos por la Policía de Migración como sospechosos de cometer explotación sexual con ayuda de tres cómplices más.
La captura se realizó la tarde de este jueves en Nicoya, Guanacaste, luego de más de cinco meses de investigaciones.
Los allanamientos se llevaron a cabo en un bar, en unas cabinas y en una casa donde, al parecer, las víctimas eran obligadas a dar los servicios sexuales.
Fue en marzo anterior cuando las autoridades recibieron una denuncia sobre el accionar de la aparente organización, supuestamente liderada por el hombre de apellidos Herrera Jiménez.
Además, se detuvieron a tres cómplices suyos de apellidos Ortega Hernández, Martínez Arias y Cascante Pérez, todos nicaragüenses.
Forma de operar
La investigación policial detectó que las víctimas eran sometidas a realizar labores sexuales en un bar ubicado contiguo al Maxi Palí de Nicoya centro, y que eran obligadas bajo engaños o amenazas.
La hija de la funcionaria de la Caja y su esposo eran, supuestamente, los administradores del local y quienes, aparentemente, controlaban los tiempos de los servicios sexuales.
Mientras que los tres nicaragüenses habrían sido los encargados de reclutar a las mujeres, intimidarlas, amenazarlas y hasta maltratarlas con tal de que cumplieran los deseos de los clientes del bar.
Inclusive, se dice que se realizaban rifas entre los clientes, a mil colones el número, y como premio daban licor y servicios sexuales de las víctimas y por eso el local pasaba lleno.
Durante el allanamiento se localizaron 12 víctimas, entre ticas y nicaragüenses que ingresaron al país de forma irregular, a las cuales se les dio atención inmediata.
Las siete personas detenidas fueron remitidas a la Fiscalía Adjunta de Trata de Personas por el delito de trata de personas con fines de explotación sexual.