Doña Betsy López tuvo que despedirse de uno de sus hijos; sin embargo, ella nunca perdió la fe y, pese a que los diagnósticos de los médicos por el terrible accidente que sufrió eran desgarradores, ella lleva más de tres meses velando por su recuperación.
Las heridas que sufrió su hijo Oderson Montaño, de 23 años, ameritan que él pase acostado y que deban alimentarlo, bañarlo y asistirlo en todo momento. Su recuperación podría tardar más de un año, incluso dos.
Esta valiente mamá que no se ha despegado de su hijo nos contó lo que ocurrió el pasado 19 de enero, en San José de Upala.
“A nosotros nos llamaron para avisarnos que él se había accidentado y que estaba herido. Lo que sabemos es que él venía en la moto con un amigo, y un vehículo le invadió el carril a un carro de rent a car, por lo que el conductor se tiró al carril contrario para evitar el choque y se estrelló contra mi hijo”, relató la mamá.
El amigo de su hijo se llama Carlos Chaves, quien ya está mejorcito.
El accidente fue a cinco minutos de la casa de Oderson; cuando ellos llegaron al lugar, los cruzrojistas le decían que le hablaran, que no lo dejaran dormirse. De ahí, lo trasladaron al Hospital de Upala.
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“Él llegó bien al hospital, pero cuando lo bajaron de la ambulancia entró en coma; lo pasaron a cuidados intensivos, lo entubaron, y tuvieron que ponerle sangre. En aquel momento su amigo estaba más grave, y los mandaron en helicóptero de una vez al Hospital San Juan de Dios”, recordó la mamá.
“La doctora me mandó a llamar y me dijo: ‘mamá, tengo una mala noticia, no creo que su hijo sobreviva. Vamos a hacer lo humanamente posible para salvarlo; él está crítico y no le damos mucha posibilidad de vida’. Nos mandaron a despedirnos antes de que se lo llevaran, no podíamos ir con él. Imagínese lo que uno siente en ese momento”, añadió su angustiada madre.
La mamá viajó en bus hasta San José, y pasaron muchas horas para saber de su hijo.
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“Él estaba muy mal en la Unidad de Cuidados Intensivos, lo tenían entubado 18 días, así, inconsciente; mi hijo hasta sufrió un paro cardíaco. Fue muy duro verlo con tantas máquinas y amarrado porque él es muy fuerte y cuando despertó estaba como desesperado, por eso lo tenían que tener amarrado”, relató.
Cuando el joven se despertó, un fuerte golpe que había recibido en la cabeza no permitía que reconociera a sus papás durante los primeros días.
A Oderson lo tuvieron que operar en siete ocasiones, pues sufrió lesiones en el fémur, en el brazo izquierdo, en la pelvis y en el estómago. Actualmente, tiene una ostomía.
A sus padres les habían dicho que iba a quedar con un daño permanente de riñones e iba a necesitar diálisis.
“Para mí eso era muy duro porque yo sabía que mi hijo no lo iba a soportar, por eso se lo puse a Dios en sus manos y, por su gracia, no quedó mal de los riñones”, dijo la mamá.
El joven sufrió severas lesiones en la mano; se le quebraron todos los dedos, por eso su mamá tiene que ayudarlo en todo.
Recientemente, fue operado de apendicitis, que le fue descubierta cuando lo llevaron a una de las curaciones y se percataron de que se le había reventado.
“Se le han hecho varias úlceras en el cuerpo, lo que le provoca muchísimo dolor. Tiene curaciones todos los días, además de una máquina que le extrae la sangre de la úlcera que tiene en el estómago, esto con el fin de que sane pronto”, dijo la mamá.
Doña Betsy es quien lo cuida 24 horas y asegura que, a veces, su hijo entra en desesperación y le da depresión, porque ellos (sus padres) deben cuidarlo tanto.
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“Nosotros lo abrazamos y le decimos que todo va a estar bien, que sigamos adelante”, dijo.
La mamá cuenta que los doctores, cuando lo han visto en el Hospital de Upala, no pueden creer que esté vivo; entre ellos, la doctora que les dijo que era muy difícil que sobreviviera.
Oderson trabajaba como peón en una finca piñera, y su papá es muy pulseador y labora en lo que le salga o hace viajes en su carrito, mientras que doña Betsy, cuando le queda un tiempito, hace comidas para vender los fines de semana.
La recuperación puede tardar entre uno y dos años, y la familia espera que él pueda volver a caminar, aunque los médicos les han dicho que hay que ir viendo cómo evoluciona.
Este joven necesita una cama hospitalaria con un colchón especial para evitar que las úlceras se le sigan haciendo. Si usted lo quiere apoyar, lo puede hacer al Sinpe móvil 6230-7471 de la Fundación RN.