Don Héctor Chaves, director del Cuerpo de Bomberos, ha enfrentado decenas de incendios a lo largo de su amplia carrera; sin embargo, el mortal siniestro ocurrido en el hospital Calderón Guardia, en el 2005, es uno de los que más recuerda.
Así lo contó Chaves a La Teja; el jerarca explicó que esa tragedia dejó una gran marca en él, por las 22 personas que perdieron la vida en ese hecho, así como por una desgarradora escena que encontró en ese lugar una vez que apagaron el fuego.
Esa dramática escena que marcó para siempre a don Héctor se dio cuando él y otros bomberos hallaron el cuerpo de una de las tres valientes enfermeras que murieron mientras se esforzaban por salvar las vidas de los pacientes.
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Para Chaves esa imagen fue muy impactante, pues era un reflejo del sacrificio y la vocación de esa mujer, quien entregó su vida con tal de cerciorarse que no quedara nadie más en el cuarto piso de ese centro médico.
Este pasado 12 de julio se cumplieron 20 años de ese trágico hecho, que marcó un antes y un después en la historia del país y en las vidas de cientos de personas, entre ellas don Héctor.
Madrugada iluminada por las llamas
La emergencia ocurrió a las 2:23 a.m. del 12 de julio del 2005, cuando el incendio se originó en el tercer piso del ala norte del Hospital Calderón Guardia, específicamente, en una bodega de insumos médicos.
Para ese momento, Chaves tenía, aproximadamente, un año de haber sido nombrado director del Cuerpo de Bomberos, y fue alertado del siniestro pocos minutos después de que se empezaron a ver las llamas en el edificio.
“Estaba en mi casa y a eso de las 2:30 a.m. me informaron del incendio. Yo esperaba que fuera algo pequeño, pero cuando pasé por el puente del Saprissa se veía el cielo encendido. Era algo muy intenso y en ese momento me di cuenta que era algo muy grave y preocupante, porque uno sabe que en un hospital muchas personas no pueden movilizarse”, recordó.
“Cuando llegué al lugar, era un caos, esa es la palabra que lo resume, era un caos”.
— Héctor Chaves, director del Cuerpo de Bomberos.
Cuando Chaves llegó al lugar, se encontró con una escena aterradora en la que reinaba el caos. Afortunadamente, para ese momento varias estaciones de bomberos habían respondido con unidades y una gran cantidad de rescatistas.
“Cuando llegué, ya estaba ubicada la plataforma, estaba bajando gente que estaba en las precintas de los pisos 4 y 5, y ahí nos pusimos a colocar todas las escaleras de mano posibles para bajar a las personas.
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“En un incendio, la prioridad siempre es la evacuación de las víctimas, entonces esa fue la tarea a la que me dediqué, mientras otros bomberos ingresaban por dentro del edificio con mangueras”.
Las labores no solo se centraron en el edificio afectado por las llamas, según Chaves, también tuvieron que evacuar todo el edificio principal, pues este fue invadido por un espeso humo negro.
“La Fuerza Roja ayudó muchísimo a movilizar gente a los otros hospitales. Todo el mundo ahí andaba con la bolsa de suero, con lo que pudieron sacar para moverse. Algunos se fueron para las casas y eso empezó a generar un caos porque los familiares no sabían dónde estaban”.
Peor de lo que creía
Los bomberos lucharon incansablemente contra el incendio hasta que, finalmente, lograron aplacar las llamas. Según Chaves, tras controlarse la emergencia, él pensó que las labores habían sido muy exitosas, pero luego recibió una noticia al oído que lo dejó frío.
“Se estableció un puesto de mando más estructurado y yo estaba ahí con el comandante del incidente. En eso se me acercó un bombero y me dijo al oído que habían encontrado cuatro víctimas mortales. Para mí fue una sorpresa recibir esa noticia, porque yo consideraba que todo el mundo se había salvado”, recordó.
A partir de ese momento, la situación fue empeorando, pues Chaves siguió recibiendo reportes sobre el aumento de la cantidad de personas fallecidas en el incendio.
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“Como a las 4 a.m. decidí hacer una pequeña conferencia de prensa. Pusimos un poco de mangueras, reunimos a la prensa y yo informé que ya llevábamos como unas 12 víctimas. Eso disparó como una alerta nacional”.
Esa noticia dada por Chaves causó mucha angustia; principalmente, en aquellos que tenían familiares internados, pues no sabían si estos formaban parte de esa lamentable lista.
Imagen que nunca olvidará
La tragedia en el hospital Calderón Guardia cobró las vidas de 19 pacientes y tres enfermeras, una de ellas fue Patricia Fallas Portilla, de 42 años, quien era la supervisora de enfermeras.
La imagen que quedó grabada en la memoria de don Héctor tiene que ver con la triste muerte de Fallas, quien se convirtió en una verdadera heroína al dar su vida con tal de salvar a todos los pacientes que pudiera.
“En el cuarto piso hubo un caso de una enfermera que, aunque ya se había evacuado el lugar, ella regresó a revisar y fue quien quedó atrapada ahí.
“A ella la encontramos cuando estaba amaneciendo, para todos fue muy impactante verla ahí, como de rodillas, con el foco encendido en la mano todavía y mirando hacia el cielo, como buscando”, recordó.
Chaves explicó que la valiente enfermera no fue alcanzada por las llamas, pero murió asfixiada.
“Ella fue a verificar que no quedara nadie y, cuando trató de volver, el fuego le había cerrado la salida de la escalera, se regresó otra vez hacia ese sector de las ventanas y ahí fue donde murió”.
Fallas usó ese foco que quedó en su mano para guiar el escape de varios pacientes y personal médico hasta las escaleras, por eso hasta el día de hoy es recordada como una verdadera heroína, al igual que sus dos compañeros que sacrificaron sus vidas por ayudar a los demás.
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Difícil situación
Tras la triste muerte de esas 22 personas, lo único que Chaves se preguntaba era si habían hecho lo suficiente durante esa emergencia, pues le dolía en el alma no haber podido salvar a esas personas.
“Pero ya cuando uno empieza en la investigación, se da cuenta de que el edificio no tenía condiciones, y había un informe nuestro que indicaba todo eso, que apareció ahí en transcurso de la mañana.
“Nos dimos cuenta que el fuego empezó junto al ducto de escaleras, y que no había ninguna otra opción para que la gente pudiera salir. También se determinó que fue un incendio provocado. Esto, generalmente, complica las cosas, porque cuando el fuego es accidental, da más tiempo”.
Chaves explicó que analizando todas las limitaciones que tenía el edificio, así como el origen del incendio, llegaron a la conclusión de que, realmente, salvaron a las personas que consideraban que se podían rescatar.
“Los que murieron fueron los que no pudieron moverse por sus propios medios hacia las ventanas, porque estaban anestesiados o imposibilitados para poder caminar”.
Quiso ser héroe y se convirtió en villano
La investigación que se realizó tras la tragedia les permitió a las autoridades determinar dónde se inició el fuego, pero lo más importante fue que por medio de esas diligencias, descubrieron que no se había tratado de un accidente, sino de un incendio provocado.
“El OIJ empezó con la investigación e identificaron a un enfermero como sospechoso, quien, de hecho, ya había intervenido anteriormente en dos conatos; uno en un basurero de la biblioteca y otro en un basurero del área de emergencias. Entonces, él fue el héroe de la película en esas ocasiones”.
Se trataba de Juan Carlos Ledezma Sánchez, un asistente de pacientes que incluso había recibido un reconocimiento en enero de ese año por el conato que había apagado en la biblioteca. Ledezma fue detenido varias semanas después luego de que las evidencias y testimonios recopilados por las autoridades lo señalaran como el responsable de la tragedia.
“Yo conversé con él sobre este incendio; él extendió mangueras desde otro edificio y logró llegar con estas hasta la bodega, pero lo que él no sabía es que unos días atrás una empresa de mantenimiento se había llevado la bomba de incendio. Entonces, cuando él abrió el gabinete con la manguera no salió agua, porque la bomba se la habían llevado. Si eso no hubiera pasado él, posiblemente, hubiera sido un héroe por tercera vez”, dijo Chaves.
“Él estaba como un poco frustrado por el hecho de que no había agua y más bien se sintió impotente de no haber podido controlar el incendio”.
— Héctor Chaves, director del Cuerpo de Bomberos.
En el año 2007, el Tribunal de Justicia de San José encontró a Ledezma responsable de 19 delitos de homicidio calificado, por lo que fue condenado a 50 años de prisión; sin embargo, tras un recurso de casación se recalificó el delito como incendio, por lo que su condena fue modificada a 20 años en sentencia dictada en abril del 2008.
Doloroso precedente
El incendio en el hospital Calderón Guardia marcó un doloroso precedente en la historia del país, el cual provocó muchos cambios que, actualmente, podrían evitar tragedias como esa.
“Siempre lo hemos dicho, que lo del Calderón no sea un incendio más en vano, es importante que se hayan hecho cosas para que algo así no vuelva a ocurrir. ”El hecho de que los hospitales que se construyeron después hayan cumplido con la normativa es un ejemplo de que no fue algo en vano”, dijo Chaves.