Los allegados de Iván Colomer Reyes, de 28 años, el barbero víctima en un doble homicidio en Alajuelita, lamentan que extraños juzguen a su familiar sin conocerlo, solamente por su estilo.
Esperanza Martínez, pareja de Iván, lo defiende y afirma que en medio del dolor por la ausencia de él, tuvieron que soportar críticas de ajenos.
“A Iván lo discriminaron porque él amaba los tatuajes; prácticamente, todo su cuerpo lo tenía lleno de tatuajes. Solo porque lo vieron tatuado, con un corte de pelo extraño, que para la Policía no era varonil, solo por eso dicen que iban por Iván”, manifestó Martínez, quien es mamá de los dos hijos menores del peluquero. Él dejó tres hijos.
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Ella señala que él fue un hombre pulseador, que por muchos años fue peón de construcción, hasta un día dijo que quería convertirse en peluquero.
“Él era una persona muy alegre, con un carácter fuerte, fue peón de construcción y un día llegó con las manos rojas, y me dijo: ‘Negra, ya no quiero trabajar en construcción, voy a empezar a cortar pelo’. Él no sabía, pero sus amigos dejaron que él les cortara el pelo, y así fue como comenzó el emprendimiento, en la cochera de la casa. Luego buscamos un local, que era superpequeño, solo alcanzaba la silla de barbería y una banca, y la gente esperaba afuera para ser atendido”, recordó la joven.
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Aseguró que fue creciendo hasta estar en un local más grande y tener tres trabajadores más en la barbería. Además, soñaba con poder conseguir la casa propia por medio de los cortes de pelo que hacía.
Esperanza señala que ahora quiere mantener ese proyecto vivo, porque era la ilusión del papá de sus hijos.
“La fe mía es mantener ese local activo, porque el mayor anhelo de Iván era seguir creciendo. Yo le decía Kike y tenía planes como pareja; la casa en la que vivimos es alquilada y está en venta. Él me decía que iba a conseguir el dinero con trabajo para que sus hijos tuvieran un techo y nadie nos sacara”, recordó.
Menciona que Iván era tan organizado que hasta el paquete funerario pagó.
“Él decía que era por si mis papás o los de él lo tuvieran que usar, pero lo terminó usando primero él”, expresó.
El joven pidió en vida que cuando él muriera no quería ver a nadie llorar, que le llevaran un mariachi y brindaran por él, así que su familia le cumplió su último deseo.
“Lo vi salir a las 8:20 de la mañana del lunes y no regresar. Nunca esperamos ser la familia que iba a estar detrás de una cinta amarilla”, mencionó la pareja.
Concluyó diciendo que hablaban de la inseguridad en Alajuelita y el temor que existe en todo el cantón.
Iván murió el lunes 7 de abril anterior, de múltiples balazos. Él viajaba en un carro de una transportista de la localidad, cuyo conductor era de apellido Fuentes, de 60 años.
Las autoridades judiciales no tienen a ningún sospechoso detenido por este ataque e investigan contra quién iba dirigida la agresión.
Los barrios del sur de la capital han tenido un aumento de violencia en los últimos dos años, bandas narcos pelean territorios y han desatado muchas muertes de integrantes de organizaciones enemigas y de inocentes que no tienen nada que ver con estos grupos.
Este jueves 10 de abril, asesinaron a balazos al líder de la banda Los Gemelos, asentada en Aserrí.