Una mujer apellidada Beita Chacón, esposa del pastor colombiano detenido este martes como sospechoso de liderar una banda narco en Golfito, había sido vinculada por las autoridades con un narcotraficante anteriormente.
Así lo explicó Randall Zúñiga, director interino del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), quien indicó que Beita había sido investigada por un supuesto ligamen con César Rivera Blandón, quien cumple una condena de 13 años de cárcel en Estados Unidos por tráfico internacional de drogas.
“Se trata de una mujer apellidada Beita, de 59 años y conocida como la tía, quien tiene relación afectiva-familiar con un sujeto que está detenido en Estados Unidos, también por tráfico de drogas”, señaló Zúñiga.
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Rivera, alias “Trompo”, fue detenido el 14 de febrero de 2017 en Colombia, posteriormente fue extraditado a Estados Unidos para que fuera sentenciado. Según las autoridades, Beita habría servido como testaferro a este sujeto, pero eso nunca se logró determinar en la investigación.
En cuanto al caso de su esposo, el pastor de apellidos Cortés Franco, el OIJ señala a la mujer como la mano derecha de este sujeto, pues, en apariencia, ella era como una especie de asesora que se encargaba del movimiento de capitales de la organización.
Miembros importantes
Hasta el momento el OIJ ha logrado detener a 11 sospechosos de conformar el grupo criminal, varios de ellos figuran como piezas claves en el accionar de la banda, que se dedicaba a traer marihuana desde Colombia hasta Costa Rica.
Entre estos destaca una exfuncionaria de un banco estatal ubicado en Golfito, la cual, aparentemente, le suministraba dinero a la banda para que realizara las actividades criminales. Según Zúñiga, la mujer jineteaba hasta $3.000 para la organización criminal, la cual devolvía dicho dinero al día siguiente.
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Zúñiga también mencionó el papel de una mujer que trabajaba en una empresa de mensajería y paquetería, quien aprovechaba su puesto en ventanilla para apuntar las cédulas de los clientes y luego usar esa información para activar líneas prepagos que eran usadas por los otros miembros de la banda.
Otro miembro de importancia era un oficial de Guardacostas de apellido Umaña, quien está en fuga, que brindaba información a la banda para que no fueran sorprendidos durante los patrullajes.
Según Zúñiga, durante los allanamientos encontraron varios uniformes de Guardacostas, además, al pastor le decomisaron el arma de reglamento de Umaña.