Un hombre de apellidos Chaves Obando, de 34 años y su esposa de apellidos Sibaja Porras, de 29, alquilaron un chozón en Pinares de Curridabat, en San José, para prostituir mujeres.
Ellas le cobraban a los clientes ¢30 mil por una hora y de ese monto debían entregarle un porcentaje a la pareja.
Al parecer este negocio ilícito estaba operando desde mediados del año anterior y de momento no hay una estimación de cuánta ganancia llegaron a obtener, de la cual, en apariencia, sacaban para pagar el alquiler.
La mañana de este lunes, los investigadores de la sección de Delitos Contra la Integridad Física Trata y Tráfico de Personas del OIJ detuvo a la pareja luego de tenerlos vigilados por varios días.
La vivienda que usaban para este negocio fue allanada y en ese momento había tres mujeres mayores de edad. Al parecer ahí llegaban unas 11 mujeres por día.
A los esposos los acusan de proxenetismo y las mujeres víctimas de este delito no quedaron detenidas.
Las autoridades lograron detener el negocio luego de recibir llamadas confidenciales.
El OIJ decomisó instrumentos eróticos como lencería, libros de controles (de asistencia) y ¢200 mil, al parecer producto de los servicios prestados solo de la mañana de ese mismo día.
Los esposos no tenían antecedentes.