Como los pequeños aviones espías que se ven en las películas, así son las 15 aeronaves no tripuladas (manejadas a control remoto) con las que ahora cuenta el Servicio Vigilancia Aérea (SVA) para sus operativos.
Específicamente se trata de cinco sistemas modelo RAVEN RQ-11B, cada uno incluye tres aeronaves y dos estaciones de soporte en tierra, que se utilizan en operativos policiales y que permiten apoyar acciones de seguridad ciudadana y fronteriza.
Estos valiosos aliados llegaron a manos del Ministerio de Seguridad Pública gracias a una donación de $520 mil (más de ¢323 millones) hecha por la Oficina de Asuntos Antinarcóticos, Seguridad Ciudadana y Justicia (INL, por sus siglas en inglés) de la embajada de los Estados Unidos.
Además de las modernas aeronaves, la embajada estadounidense también se encargará de cubrir los gastos relacionados con la capacitación para los nuevos operadores.
“Estos equipos son fundamentales para fortalecer las labores de inteligencia y para proteger nuestras fronteras. Estamos en tiempos donde los tentáculos del crimen organizado están en diferentes puntos de la región y nosotros no podemos quedarnos atrás, tenemos un objetivo común de seguir trabajando para proteger a la ciudadanía”, dijo Carlos Andrés Torres, viceministro de Seguridad.
El Ministerio de Seguridad Pública informó que estas aeronaves no tripuladas les permitirán a los oficiales realizar trabajos de vigilancia sin llamar la atención, pues son muy silenciosas y tienen la capacidad de tomar fotografías y videos.
También destacaron que serán de enorme ayuda para vigilar las fronteras y detectar campos de aterrizaje ilícitos usados por grupos narco.