Los gritos de pánico de una vecina alertaron a doña Lilliana Chinchilla que su casa, que colinda con el río Toyogres, se estaba cayendo, en Oreamuno de Cartago.
"A veces me quedo donde mi vecina, la noche del lunes me quedé. La vecina empezó a gritar y fue cuando me di cuenta que parte del puente se desprendió y se llevó una parte del cuarto donde duermo. Si yo hubiera estado ahí caigo también en el río", contó doña Lilliana.
Los lugareños, al ver lo que ocurría, le empezaron a ayudar a sacar sus pertenencias, para evitar que en un nuevo aguacero haga crecer el río y se lleve la casa completa con todo adentro.
"Una parte de la casa la alquilo, los inquilinos hicieron un hueco para sacar cosas, siempre algunas cayeron al río. Ya no se puede entrar más a la casa, porque quedó guindando. Me dijeron que en cualquier momento se va a caer", dijo la angustiada mujer.
Chinchilla estaba muy triste, eran años de esfuerzo invertidos en su casita. Ella nos contó que se va a quedar con una vecina mientras busca qué hacer. Asegura que los fuertes aguaceros falsearon todo el terreno.
El cruzrojista Mauricio Mendoza comentó que además de parte de la casa, secciones del asfalto de la calle también se soltaron. Hasta tuvieron que coordinar con la Jasec, para quitar un poste y cambiarlo de lugar, porque existía peligro de que se cayera.
Piden declaratoria de emergencia
La alcaldesa de Oreamuno, Catalina Coghi, comentó que ya pidieron a la CNE que saque todo lo que cayó de las casas en el río. Además, solicitaron ayuda del IMAS, para las dos familias afectadas.
"Estamos a la espera de una declaratoria de emergencia, ya que la hemos solicitado al Presidente de la República y a la CNE, porque no contamos con los recursos para hacer frente a estas emergencias. Las viviendas quedaron inhabilitadas y por el momento no se van abrir albergues, porque los afectados van donde familiares”, comentó la alcaldesa.
El río Reventazón se ha comido más de seis hectáreas de la finca La Troya, en Orosi de Cartago.
A la altura donde se da ese deslave, el Grupo Orosi realiza labores de extracción de materiales. Algunos vecinos le atribuyen a esos trabajos el problema. Mientras que otros consideran que más bien, el problema fuera más grave, sí no estuviera dragado el cauce del río.
Otro problema se está presentando en la finca Luisiana, por las ruinas de Ujarrás, donde también el río Reventazón se ha “comido” decenas de hectáreas, dedicadas a la agricultura y terrenos donde había quintas de recreo.
Por esta situación, los finqueros de la zona y dueños de quinta denunciaron a la Municipalidad de Paraíso, ante el Tribunal Contencioso Administrativo, al considerar que permitió que se desviara el río hacia un nuevo cauce, que es el que ha ocasionado esa erosión.