Gran parte de la felicidad de don José Manuel Salas Corrales, conocido de cariño como “Chepito”, estaba al lado de las vías del tren en Tibás, pues ahí se sentía útil al cuidar a todas las personas que pasaban por ahí.
Así lo contó Lis Salas, hija del señor de 77 años, quien dijo que el enorme corazón que tenía su papá lo hacía ir a diario a las líneas férreas que están a un lado del plantel de buses Los Caribeños, en Cinco Esquinas de Tibás, para advertirle a los conductores que venía la máquina.
“Una vez le dije: ‘pa, deje de ir a la línea del tren’ y su respuesta fue ‘Polla (como le decía de cariño) déjeme, aquí soy feliz, me siento útil y ayudo a las demás personas’. Él marcó la vida de muchos”, recordó Lis.
Don José perdió la vida la tarde de este lunes en ese mismo lugar luego de ser arrollado por el tren cuando iba caminando hacia su casita en San Ignacio de Calle Blancos. En apariencia el señor se cayó sobre la vía y no pudo levantarse más.
La mañana de este miércoles la familia y amigos de “Chepito” se reunieron para darle el último adiós en la iglesia católica de Cinco Esquinas de Tibás, la cual se hizo pequeñita por la gran cantidad de personas que se acercaron para despedirse del “guardián del tren”, como algunos le decían.
Luego de la ceremonia, el cuerpo de don José fue llevado por sus seres queridos hasta el cementerio de Obreros en San José.
El mejor papá
Lis Salas dijo que en su mente y corazón solo quedan buenos recuerdos y enseñanzas que le dejó su papá, a quien describió como un hombre bueno y desinteresado, que hacía hasta lo imposible por ayudar a los demás.
“No me alcanzarían las palabras para describirlo, era el mejor papá que Dios me pudo haber dado a mí y a mis hermanos, fue un ejemplo a seguir para mí, mi familia y amigos y hasta para los desconocidos que alguna vez lo vieron por las vías”, dijo.
Chepito no solo usaba su pañuelito blanco para avisarle a los conductores cuando el tren se iba acercando, sino que también sacaba tiempo para sembrar árboles, recoger material de reciclaje de las calles y hasta era ayudante de unos amigos de su familia en el mercado Borbón, en el corazón de San José.
Muestras de cariño
Desde la partida de Chepito, su familia no ha parado de recibir muestras de cariño y apoyo, tanto de allegados como de personas que apenas lo conocían por verlo junto a las vías del tren. En redes sociales sobraban las publicaciones de agradecimiento para él.
“Estoy muy sorprendida, no pensé que fuera tanta la gente y de verdad agradezco las muestras de cariño. Cuando las personas son auténticas como él lo era, marcan la vida de muchos y veo que así lo hizo mi papá”, añadió.
Desde ya son muchas las personas que extrañan al “guardián del tren”, quien con tan solo un pañuelito blanco y unos silbidos le habría salvado la vida a más de uno.