Un ángel fue lo que encontró una madre hondureña para pedir ayuda debido al infierno que vivía junto con sus dos hijos, de 6 años y 3 años, al ser retenida en cautiverio por parte de su pareja, un costarricense de apellido Bond.
Una maestra de su hijo mayor fue quien se convirtió en el enlace para avisar a las autoridades.
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La víctima pasaba siempre vigilada por el sujeto y no le permitía ningún tipo de comunicación ni con los familiares.
El rescate se realizó en calle Naranjo, en La Unión, en Cartago.
“Al hijo lo llevaban, ocasionalmente, a clases; en una de esas salidas hubo un descuido por parte del sospechoso y ella se pudo comunicar con la maestra; sin embargo, no pudo explicarle con detalle lo que estaba viviendo. Eso fue a finales del curso lectivo del año pasado, y a principios de este 2025, la maestra la logró ver y nuevamente tuvo un momento de espacio a solas, lo que aprovechó para preguntarle por la situación y la víctima le dijo que esta había empeorado”, detalló Erick Calderón, jefe policial de la Fuerza Pública de Cartago.
A raíz de la información que tenía la docente es que ella se comunicó con el Patronato Nacional de la Infancia (PANI) y luego con la Fuerza Pública.
La víctima tiene 34 años y está de manera ilegal en Costa Rica; en apariencia, el tico usaba esta información para amenazarla y decirle que la iban a deportar, además que el PANI le iba a quitar a los hijos, situación que la preocupaba.
La mujer y los niños permanecían encerrados en un cuarto y no trascendió a qué se dedica Bond, pues lo único que maneja la Policía es que el sujeto solo pasaba vigilando a las víctimas.
Las autoridades le piden a quienes sufren situaciones similares pedir ayuda por medio de citas médicas o instituciones públicas, si no pueden alertar por medio del 9-1-1.