Doña Andrea Hernández lleva un año y siete meses aguardando que la justicia llegue en el caso del aparente homicidio de su hijo Johyner Valverde Hernández, de 14 años.
La vida de esta mamá cambió en segundos, pues ella asegura que, aunque a veces parece estar contenta, es solo una máscara, porque desde que su hijo falleció el dolor que lleva por dentro es mucho más fuerte que ella.
Esta mujer no solo lucha con el dolor, por la ausencia y un enorme vacío, sino con la espera y el silencio que, asegura, le ha tocado recibir por parte de las autoridades.
Un balazo acabó con la vida de su hijo el 21 de julio del 2023, en San Rafael de Heredia.
“Mi hijo, no por ser mi hijo, era bueno, era un muchacho que era conocido por toda la comunidad, porque participaba en tres grupos de mascaradas; él hacía feliz a mucha gente, niños y adultos, esa era su gran alegría, bailar con sus máscaras, por eso su muerte ha impactado tanto a todos, y no hay semana en que me pregunten cómo va el caso, si se sabe algo, lo recuerdan con mucho amor”, dijo la mamá.
Doña Andrea nos contó que su hijo siempre pasaba en contacto con ella, pues como ella trabaja fuera de casa, sus papás son las que la ayudaban a cuidar a su hijo durante el día.
“Mi hijo a cada rato me escribía un mensaje o me llamaba, yo todo el día sabía de él”, dijo.
El día de la tragedia Johyner tenía examen de estudios sociales en el cole, por lo que se fue desde muy temprano.
“Yo siempre, a mediodía, le escribía porque él almorzaba en el colegio, entonces yo hacía un Sinpe a la soda. Ese día le escribí y no me contestó, al rato volví a escribirle y nada, entonces llamé a mi mamá a la casa y le pregunté por él y ella me dijo: acaba de seguir, venía rápido, dos muchachos lo estaban esperando”, relató doña Andrea.
“Yo trabajo en una estética, en aquel tiempo mi hija trabajaba conmigo y vimos como a la 1:10 p.m, que en una casa habían matado a alguien. Entonces le dije a mi hija que lo llamara para que no pasara por ahí, porque lo hacía cuando iba a lo de las mascaradas”, añadió.
Johyner tampoco respondió y ya, de por sí, eso era muy angustiante para la mamá y la hija, porque siempre contestaba los mensajes o llamadas. Doña Andrea volviió a llamar a su madre, quien le aseguró que no sabía nada, que tampoco le contestaba.
La hija de doña Andrea se había ido a estudiar, pero a las 6 de la tarde llamó al trabajo para decirle a su mamá que viera una foto que le había mandado una mujer quien había compartido la imagen de Johyner con un lazo negro en su estado de WhatsApp.
En ese momento doña Andrea sintió desgarrarse su corazón.
“Yo llamé al dueño de la mascarada que vive por ahí, y me preguntó que yo dónde estaba. Después me dijo que me fuera para la casa en que habíamos visto que habían matado a alguien en la tarde porque parecía que era Johyner”, recordó.
Una clienta llevó a la angustiada madre hasta esa casa, en la cual ella seguía sin entender por qué su hijo estaba ahí, si no había ninguna razón.
Cuando llegó no la dejaron pasar, le indicaron que en esa casa iban a realizar un allanamiento, porque había un muchacho fallecido y también en otra cercana. Entonces le aconsejaron que se fuera para el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) a preguntar.
“Cuando yo llegué al OIJ el investigador me explicó que estaban atendiendo un caso que parecía accidental, en el cual un muchacho, que era mi hijo, había recibido un balazo. Más adelante, me dijo: ‘uno sabe cuando un muchacho es bueno’. Resulta que quien le disparó tiene 16 años y, además, en esa casa había otro muchacho, amigo de mi hijo y del sospechoso. Cuando mi hijo no me contestó yo sentí que algo había pasado”, afirmó.
Al día siguiente cuando doña Andrea llegó a la Medicatura Forense por el cuerpo, se percató de que el balazo a su hijo se lo pegaron entre las cejas lo que hacía imposible que se tratara de un accidente.
Los forenses le indicaron que el resultado duraba como un mes, pero que si era homicidío podía tardar aún más, pero que no dejara de luchar por ese resultado.
“La muerte de mi hijo no fue accidental, fue homicida; de hecho, el OIJ hizo una buena investigación, y el agente se esmeró mucho”, dijo.
En el curso de las investigaciones a doña Andrea le pidieron el celular de su hijo para ver si había algún tipo de mensaje de amenaza.
“Después de año y siete meses, hace poco me dijeron que el celular no lo han podido abrir por el código. Pero entonces, ¿por qué no me dijeron, por qué no me informan nada? Una fiscal llevaba el caso y la cambiaron, ahora no sé si ya por lo menos lo leyó; el muchacho sospechoso está encarcelado, pero no por lo de mi hijo, sino por un delito menor que ocurrió luego de la muerte de mi hijo”, manifestó.
La mamá asegura que ella llega al juzgado y no le dicen nada, son herméticos y eso que ella va cada 15 días, porque afirma no estar dispuesta a que su hijo sea olvidado.
“Yo he pasado esperando a que lo condenen por la muerte de mi hijo, pero lo están condenando por otras cosas, no fue un accidente, mi hijo merece un juicio”, enfatizó.
Doña Andrea señala que el sospechoso quiso hablar con ella en algún momento, pero prefirió no hacerlo, porque es menor de edad y no quería malentendidos.
“Yo no me voy a cansar de pedir justicia, sé que hay otras mamás que también están pasando por esto, madres que sufrimos por daños colaterales, hijos que eran cuidados y amados, que no tenían nada que ver con la delincuencia”, puntualizó la mamá.
Incluso, la familia abrió el Facebook: Justicia Johyner Valverde, en el cual comparten información sobre el caso.
“Nada va a llenar este vacío, pasamos de tener un hijo amado, bueno, que daba felicidad con sus máscaras a todos y fiel a su Saprissa, a no tenerlo, a que la vida se volviera distinta, a llegar a la casa y no verlo, hay muchos momentos en que me repito que tengo que seguir, que tengo que ser fuerte, es una vida de constante dolor”, expresó.
La Teja consultó a la Fiscalía y al Poder Judicial sobre este caso pero al cierre de esta nota no recibimos respuesta.