La vida de doña Gabriela Tenorio cambió para siempre desde el domingo 5 de agosto de 2018, ese día le arrebataron a su amada hija, María Trinidad Matus Tenorio, la turista mexicana de 25 años asesinada en Santa Teresa de Cóbano.

El martes 11 de agosto pasado, la señora pensó que recobraría un poco de la paz que le robaron, pues tenía toda la esperanza de que el principal sospechoso, apellidado Sancho Rodríguez, sería condenado, pero para su sorpresa pasó todo lo contrario.

“Por desgracia la resolución que tomaron los jueces no nos está dando la justicia que esperábamos para nuestra hija y para nosotros. Dejando en impunidad el asesinato de nuestra hija y dejando en libertad a ese cobarde”, dijo la mujer.

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Pese a este hecho, que significó un nuevo golpe para su corazón, doña Gabriela aún mantiene la esperanza de que las autoridades harán justicia, para que así ella y sus seres queridos puedan cerrar este trágico capítulo.

Desde México, Tenorio conversó con La Teja para contarnos todo lo que ella y su familia han vivido desde la muerte de María y lo difícil que ha sido salir adelante sabiendo que ella no regresará a casa.

“Después de la muerte de nuestra hija nada volvió a ser igual, literalmente el mundo se detiene y le apagan a uno el switch. Pero la vida tiene que seguir y se tiene uno que levantar”

Libre como el mar

Doña Gabriela describió a su hija como una muchacha con un corazón muy noble y valiente, quien siempre defendió sus derechos como mujer y nunca dudó en apoyar a las personas que más lo necesitaban.

Además, dijo que siempre supo que su hija iba a ser una artista, pues desde muy pequeña demostró tener una enorme pasión por la música.

“Tenía un talento nato, muy entusiasta y siempre con muchos proyectos. Hizo estudios hasta secundaria y después ingresó a una escuela de música. También estudió una licenciatura en Composición”, detalló.

Tenorio también contó que la joven era amante de la naturaleza, especialmente del mar, y ese habría sido uno de los motivos por los que decidió viajar a Costa Rica a mediados del 2018.

“Le fascinaba el mar, de ahí su nombre original: María Trinidad, que luego quedó en Mar, para después convertirse en Marmaid (sirena), nombre que tomaría para realizarse como artista, compositora y cantante”, explicó.

Según doña Gabriela, el sueño de María era viajar por todo el mundo dando a conocer su música, pues en el fondo ella solo quería ser feliz y libre como el mar.

Último adiós

La última vez que Tenorio vio a su hija fue el 26 de julio del 2018, cuando ella, junto a su esposo y a su otra hija, se despidieron de María en el aeropuerto.

“Ella no llevaba más que una reservación para su primer hospedaje, a partir de ahí se movería conforme fuera saliendo el plan”, mencionó.

Durante su estancia en Costa Rica, María siempre pasó en contacto con su mamá, le escribía a diario y le mandaba fotos y videos para contarle sobre sus aventuras.

“Su último mensaje fue que iría con una amiga a un bar, yo le escribí que se comunicara lo antes posible, pues estaba preocupada porque no me avisó que estuviera de regreso en su hostal”.

Al día siguiente, 5 de agosto de 2018, doña Gabriela notó que su hija no le respondió el mensaje, por lo que se preocupó muchísimo, pues sin importar la hora ella siempre le avisaba cuando estaba de regreso.

Triste noticia

La trágica noticia de la muerte de María le llegó a su familia pocas horas después, pues el administrador del lugar donde la joven se había hospedado, los contactó por medio de la página de Facebook que la mexicana tenía para promocionarse como artista.

“Lamentablemente la primera en saber la desgracia fue su hermana, la contactaron por el messenger de la página de Facebook. Se paralizó, pues no daba crédito de que fuera verdad”.

“Su hermana, ayudada por su novio, se puso en contacto con el responsable del hostal, quien le confirmó la noticia: la habían asaltado y matado”, recordó.

Tenorio dijo que nunca podrá olvidar el momento en el que su otra hija llegó a buscarla con el celular en la mano y con un llanto que casi no le permitía respirar, para decirle lo que había pasado.

“En ese momento mi corazón estalló en mil pedazos y mi cerebro también, no lo podía creer. La muerte por si sola es dolorosa, más aun cuando ese ser querido no murió, sino que lo mataron, y con tanta saña”, dijo.

Desde ese trágico día, doña Gabriela dijo que las fuerzas para salir adelante las ha encontrado en el apoyo que ha recibido de cientos personas de distintos países, que al igual que ella piden justicia.

“Las muestras de apoyo nos han conmovido, por el hecho de saber que hay gente de buen corazón que estos actos los repudia”, añadió.

Desacuerdo

La madre de la turista aseguró que aún no entiende cómo los jueces decidieron declarar inocente al principal sospechoso, pues, según ella, había suficientes pruebas para demostrar su culpabilidad.

“Les pido que por favor consideren con mayor peso a los testigos. Solo trayendo a mi hija de nuevo a la vida podría ser señalado (Sancho) sin titubeo alguno, pero eso es imposible”, dijo.

Tenorio es consciente de que nada le devolverá a su amada hija; sin embargo, ella desea que se haga justicia, pues es lo mínimo que María se merece.

“Ser juez conlleva una gran responsabilidad, pero es la sociedad quien los juzgará a ellos”.

En cuanto a este caso, anteriormente el Ministerio Público informó que esperará a contar con la sentencia integral para determinar si presentará una apelación.