Un gran ejemplo de vida es el que transmite Sonia Obando Alcócer, ella sobrevivió a múltiples puñaladas que le produjo un hombre de apellidos Zapata Gutiérrez que, aparentemente, la iba a asaltar.
Cualquiera creería que Sonia odia a Zapata, pero no es así, pues dice que lo perdonó con tal de romper esa cadena de odio que tanto daño les hace a las personas.
Sonia volvió a nacer hace un año, el miércoles 5 de enero del 2022, cuando se ejercitaba en la ciclovía de Caldera, en Puntarenas.
Eran las 6 a. m. cuando el sujeto la habría amenazado de muerte y de inmediato la apuñaló, en múltiples ocasiones, en la cabeza y en la espalda.
Ella fingió estar muerta y asegura que mientras la agredían, solo pensaba en sus hijos, quienes le dieron fuerzas para mantenerse viva.
Poco a poco ha ido recuperando su forma de ser, aunque ya nunca más volvió a correr ni a disfrutar de la libertad como lo hacía antes de ser atacada.
Durante estos 12 meses ha sufrido de pesadillas y en un principio le daba pena ver las cicatrices que le quedaron en la espalda, sin embargo, muchos ángeles le han ayudado a salir adelante, así como ella ha dado lecciones de amor a los suyos.
“Mis hijos, mi papá, mi familia sufrieron, ellos decían: ‘yo quiero saber quién te hizo todo esto’, tenían odio, hasta que un día les dije: ‘esas palabras que expresan es como si ustedes se estuvieran convirtiendo en lo mismo, en la misma agresión que da ese hombre, no quisiera escucharlos ni verlos así, ustedes están llenando su corazón de odio, dénle gracias a Dios que aquí estoy todavía’”.
“A todos me les fui plantando y les decía: ‘¡Suficiente!, no quiero seguir viendo o escuchando expresarse así', sentenció.
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Cada una de esas frases calaron en la memoria y en el corazón de sus familiares, quienes también dejaron los malos pensamientos mientras esperan por la justicia terrenal y divina.
“Yo me dije, ‘perdono a ese tipo, pero tiene que pagar por lo que hizo’, además no sé cuánto daño más ha hecho. A mi familia le dije: ‘el dolor no es solo para mí, esa gente (delincuentes) no se dan cuenta que no solo dañan a una persona, sino a toda la familia’.
“Por momentos pensaba, ¿quién sufre más, yo o mi familia?, cuando ellos me veían las heridas en la cabeza y como yo estaba, se hacían los fuertes, pero los escuchaba a un lado llorando”, relató la sobreviviente.
Su familia espera que ninguna otra persona sufra todo lo que soportó Sonia.
“Un día mi hijo fue a un retiro espiritual y cuando regresó me preguntó: ‘mamá, ¿vos qué sentís?’. Le dije que sentía tristeza de lo que me pasó, pero le doy gracias a Dios que estoy aquí, desde un principio dije que si Dios me dio la oportunidad de vivir, yo iba a perdonar a ese tipo, porque yo quiero también tener mi corazón libre, no lleno de odio y él (su hijo) me respondió: ‘mamá, en algún momento sentí odio, pero ese tiempo que estuve en el retiro me ayudó, perdono a ese tipo por lo que te hizo, pero tiene que pagar, la justicia de Dios vale más que la del hombre’”.
Sonia ha tenido que soportar pesadillas en las que pide que no la maten.
“Esas pesadillas son cuando siento que me decía: ‘hijue... si tenés que pedir perdón, pedilo porque te voy a matar’ y así sin compasión fue que me dio el primer machetazo, cuando levanté la cabeza y vi que traía el machete hacia mí, puse la cabeza boca abajo y no me moví más”, expresa la sobreviviente.
Trascendió que Zapata también es sospechoso de cometer un homicidio de una madre soltera en Puntarenas, hecho que ocurrió luego del ataque en la ciclovía. Ambos casos siguen bajo investigación.