Un hombre de apellidos Vega Mejías habría ideado un plan para que su familia se fuera a comer helados a un parque cercano a su casa para matar a su madre, Yelba Vega Mejía, con la ayuda de dos muchachos menores de edad.
Esta versión se conoció este lunes en la sala 2 del Tribunal Penal de Puntarenas en el comienzo del juicio por el homicidio.
La fiscal Maricris Soto Herrera dijo en la acusación que la muerte de Yelba fue planeada para cobrar lo que Vega Mejías creyó que era una póliza de vida y que en realidad era un plan funerario.
En apariencia, el acusado supuso que con la muerte de su mamá le darían ¢2 millones, pero es plata no era de un seguro, era el monto de gastos funerarios que cubría el plan.
Al acusado le dicen “Papito” y tiene 22 años; el ataque del cual lo responsabilizan ocurrió el 2 de octubre del 2020 en El Invu, en Barranca de Puntarenas.
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Una hermana de “Papito” fue la primera en declarar y pidió que su nombre no se diera a conocer.
Afirmó que fue su hermano quien le propuso a la familia que fuera a comer helado y salió con que él iría a recoger una plata. El parque estaba a 500 metros de la vivienda y hasta el sitio fueron cinco parientes.
Según la testigo fueron por los helados su abuela y otros hijos de Yelba. “Mi hermano (Luis) se fue adelante, vio la casa cerrada y al (sospechoso) pidiendo (a gritos) una ambulancia y vio (que Yelba) estaba en un charco de sangre”, explicó la joven.
“Luis llegó llorando (a la casa donde ella estaba), no se le entendió muy bien al principio, solo dijo que habían matado a Yelba, él vio a ‘Papito’ amarrado y vio a dos muchachos salir”, explicó la testigo. El adolescente reconoció a esos dos tipos.
La testigo también mencionó que encontró mensajes en el celular de una familiar en los cuales “Papito” afirmaba que quería matar a la mamá por una plata.
“En el momento yo no lo creía, vi unos mensajes y todo indicaba que sí”, sostuvo.
Yelba estaba en la cocina de la casa cuando la sorprendieron, los antisociales entraron por la puerta trasera, la golpearon en la cabeza con un block, madera y la asfixiaron con un cable en el cuello.
La señora tenía cuatro hijos y estaba ilusionada porque le habían dado un trabajo estable en el área de mantenimiento de una escuela.
El proceso judicial contra los otros dos sospechosos se lleva aparte por ser menores de edad.