“Sé que está estudiando, que domina bastante el inglés, está muy contento, él me ha hecho saber a través de sus tíos maternos que me agradece, dice que yo soy el héroe de él, porque fui el tío que lo ayudé a llegar con su mamá y con sus hermanos, es lo que he sabido de él”.
Así se refirió el sacerdote Hugo Brenes Villalobos sobre su sobrino que dejó en el desierto de Arizona, Estados Unidos y por quien tuvo que enfrentar un proceso penal por los delitos de Tráfico Ilícito de Personas en modalidad agravada y abandono de persona Incapaz.
El cura fue absuelto de estos cargos este lunes 22 de mayo a la 1:48 p.m. cuando las juezas Krycia Zamora Pérez, Bianka Wiciak Chavarría y Mariana Ramón Fernández del Tribunal Penal de San José le leyeron el por tanto (una síntesis de la sentencia).
El sacerdote junto a su abogado, Sebastián Mesén, manifestaron estar muy contentos con la resolución, porque señalan que la acción del sacerdote fue unir a un niño con su mamá y hermanos, además que siempre estuvo pendiente del pequeño hasta que fue auxiliado por una patrulla fronteriza.
“Se ha dicho que yo lo lastimé, que lo dañé y esto no ha sido cierto, creo que si una persona ha hecho daño no le agradecen, ni dicen esas palabras (que lo vean como un héroe)”, manifestó el sacerdote en las afueras de las salas de juicio.
Asegura que desde el 2018 no mantiene comunicación con su sobrino ni la mamá del niño a raíz de una medida cautelar que le impusieron de no tener contacto directo con ellos, pese a que esta solo fue por seis meses, el cura decidió no acercarse hasta avanzar el proceso penal.
Al conocer la sentencia no descarta que se pondrá en contacto con ellos.
“Hemos mantenido la distancia a pesar de que no estaba con ninguna prohibición, pero he querido mantener el distanciamiento, a través de los hermanos de ella hemos tenido contacto indirecto con esta situación. He sentido todo el apoyo de ella (mamá del niño) de la familia de ellos, también apoyo espiritual y me agradecen haber llevado la reunificación familiar entre ellos”, alegó el cura.
Por su parte, el abogado Sebastián Mesén dijo estar satisfecho con lo que dictaron las juezas.
“Muy satisfechos estamos porque el Tribunal llegó a la conclusión de que el padre Hugo no cometió ningún delito como lo dijimos desde el principio. Nunca se abondonó al niño en el desierto como se pretendió decir por parte del Ministerio Público, nunca se dejó en desamparo, no estuvo en peligro ni su integridad, su salud ni su vida, esto en cuanto al abandono del menor que le estaban acusando.
“En cuanto al tráfico ilícito de migrantes, el Tribunal considera que no se da este delito porque no se afectó la norma que castiga esta delincuencia que es la integridad, la vida de personas migrantes”, manifestó Mesén.
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Profunda tristeza
Las juezas argumentaron que llegaron a esta conclusión porque los testigos y el acusado señalaron en el juicio que el niño extrañaba a su mamá y hermanas.
“Efectivamente los testigos vinieron a referir el contexto de qué fue lo que ocurrió con ese niño y finalmente qué fue lo que motivó que estos hechos ocurrieran tal cual, nos vinieron a confirmar que producto de la salida del país, tanto del padre como de la madre de la persona menor ofendida, el niño quedó a cargo de distintos grupos familiares”, dijo la jueza Bianka Wiciak.
Esta situación generó que el niño extrañara a sus padres.
“Estas situaciones emocionales y anímicas detectadas en el menor fueron trasladadas de manera oportuna a conocimiento de la madre, a quien se le expuso que el niño no tenía apetito, que extrañaba a la mamá, lo cual es razonable y es lógico, puesto que un niño ha sido desvinculado de su núcleo familiar, abandonado por su padre que ha sido ausente incluso irresponsable económicamente y de su madre, quien decidió irse a Estados Unidos en procura de mejores condiciones de vida, pues es un niño que tuvo una serie de afectaciones emocionales”, agregó Wiciak.
Agregó que tienen conocimiento del síndrome que se llama Ansiedad por separación, el cual está documentado a nivel clínico que cuando un niño es separado de su núcleo va a manifestar tristeza generalizada.
“Pese a que la mamá le había pedido que le llevara al niño hasta la frontera, es hasta que usted tiene contacto con ese niño y puede palpar que a ese niño no lo alegraban incluso las situaciones más simples e insignificantes que pueden alegrar a un niño, como el juego, el contacto con animales y es ahí que usted (Brenes) accede a llevar a este niño”, afirmó Wiciak.
El Tribunal dijo que la Fiscalía no llevó al niño como testigo y que era el único que podía brindar insumos importantes para una construcción de lo ocurrido. Además, no contaron con evidencia de que él estuviera en peligro.
El niño fue dejado en el desierto el 21 de junio del 2018, tres días después se lo entregaron a la mamá en USA y desde entonces están juntos.