La investigación del OIJ y la Fiscalía por la muerte del colegial Sebastián Díaz González, estudiante del Liceo de Costa Rica, atropellado por el tren, determinó que no existió ningún delito penal que perseguir.
En un principio, las causas del fallecimiento del estudiante de 12 años, que cursaba el sétimo grado, tuvo varias hipótesis. Una de estas fue la versión de que el menor se le habría tirado al tren luego de ser “retado” por otros alumnos, también se dijo que, al parecer, el joven era víctima de bullying dentro del mismo centro educativo.
Las autoridades también analizaron la posible responsabilidad que pudieron tener los profesores del Liceo y hasta el maquinista, quien llevaba la locomotora número 81 con dos carretas hasta la estación del Pacífico cuando ocurrió la tragedia.
Sin embargo, luego de analizar todas las pruebas que tenían, no encontraron ninguna prueba que sostuviera las versiones anteriores, a esa conclusión llegaron luego de revisar al menos cuatro cámaras de seguridad y entrevistar a varios testigos.
Ante esta situación, la Fiscalía Adjunta Penal Juvenil le pidió al juzgado de San José que desestimara la causa.
“La solicitud fiscal se hizo por atipicidad, es decir, se descartó, a través de una investigación muy sólida y objetiva, que los hechos ocurridos constituyeran un delito”, señaló el Ministerio Público por medio de un correo electrónico.
Esta solicitud la mandaron el jueves anterior y ahora el Juzgado Penal Juvenil de San José debe decidir si acoge o no la solicitud de la Fiscalía, el juez podría definir fecha para una audiencia o bien solo podría pronunciarse.
Reunión con la familia
Semanas atrás, la Fiscalía Adjunta Penal Juvenil se reunió con la familia de Sebastián y les explicó en qué consistió la investigación y cómo fue que llegaron a esa conclusión.
Daniel Soley, abogado de la familia del colegial, afirmó que la Fiscalía y el OIJ siempre han estado en constante acercamiento con los papás del menor, no obstante, aseguró que el cierre de la investigación no se las han notificado por lo que prefirió no referirse al caso.
Sebastián murió el miércoles 28 de febrero anterior, al mediodía en el hospital San Juan de Dios. El accidente ocurrió a las 11:55 a.m. a un costado del Liceo de Costa Rica, no tenía ni un mes de haber comenzado las lecciones. En las cámaras de seguridad lo vieron minutos antes de morir cuando estaba sentado sobre la acera, a un lado del centro educativo.
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La muerte del estudiante generó que docenas de personas se manifestaran pidiendo paz por los menores, realizaron vigilias y marchas. También fue necesario que especialistas del Ministerio de Educación Pública (MEP) le dieran atención y seguimiento a los demás estudiantes y docentes.
Sebastián fue recordado como un adolescente de buen corazón, le encantaba ayudar a las personas más necesitadas, entre ellos a niños e indigentes. Él era vecino de Pavas centro y los vecinos lo recordaron como un adolescente muy educado, amable y que además le encantaba comer dulces. En el colegio aún mantienen vivo el recuerdo del menor.