Sucesos

Niña Bianka Pichardo dejó huella entre sus seres queridos y huracán Otto dolor

El tiempo no pasa para los afectados de Bijagua de Upala quienes al igual que los pobladores de Bagaces sufrieron los peores efectos del fenómeno al pasar por suelo nacional

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Bianka Pichardo Argüello cumpliría 7 años en febrero del próximo año, pero, su paso por este mundo fue corto, tan solo estuvo con sus seres queridos por un año y siete meses los cuales fueron suficientes para dejar huella en la vida de quienes la conocieron.

Está bebé, de Bijagua de Upala, Alajuela, es una de las diez víctimas mortales que dejó el huracán Otto a su paso por Costa Rica hace cinco años.

La tragedia sucedió la noche del 24 de noviembre del 2016 cuando una cabeza de agua provocada por Otto bajó desde uno de los cerros del Miravalles y se llevó dos casas, entre ellas la de la familia de la pequeña a la que le gustaba cantar, dar abrazos y expresarle amor a sus familiares con sus ocurrencias.

Bianka Pichardo Argüello tenía un año y siete meses cuando ocurrió la tragedia con el huracán Otto en noviembre del 2016. Foto: Cortesía Melissa Pichardo

La fuerza de la naturaleza también le quitó la vida a la mamá de Bianka, Kattia Vanessa Argüello Castro, de 30 años; por lo que el único sobreviviente fue el papá, Rolando Pichardo, quien no solo soportó los golpes físicos causados por las enormes rocas y las ramas que lo azotaron, sino también las heridas emocionales originadas por perder a sus princesas.

El cuerpo de Bianka fue el último en aparecer, lo hallaron por medio de su pijama, la tarde del sábado 27 de noviembre del 2016; horas después de que enterraran a su mamá. La bebé fue sepultada un día como hoy, hace cinco años.

Melissa Pichardo, tía Bianka cuenta que ella era la única bebé que había en la familia y que desde entonces no ha habido otra.

“Hemos aprendido a sobrevivir con el recuerdo, Bianka era de esos ángeles que llega a enseñarte, porque ella llegó a llenar de amor y ternura a la familia.

“Luego de su muerte encontramos unas tenis y unos zapatitos que casualmente yo se los había regalado, uno guarda eso como un tesoro, pero en mi casa también hay varios de sus recuerdos, porque a veces se quedaba y había ropita y juguetes, entonces decidimos conservar algunas cositas, así como la infinidad de fotos y videos que tenemos de ella”, expresó la tía.

Melissa guarda como un tesoro las fotos junto a su única sobrina Bianka Pichardo Argüello. Foto: Melissa Pichardo

Asegura que mantiene copias en la computadora y en la nube porque no quisiera perderlas nunca.

“Dios guarde se nos pierdan estas fotos tan hermosas y maravillosas, siempre la recordamos, de repente me pongo a ver los videos y recuerdo esos momentos felices. Por ejemplo cuando mi mamá cumplió años, Bianka le metía los dedos al queque para comerse el lustre, ella era una chispa de alegría, no le gustaba estar encerrada en la casa, le encantaba andar a caballo y comer tortillas, por eso buscaba a Lela (abuela) para que le hiciera. Todos estos recuerdos nos devuelven las sonrisas”, expresa con alegría la tía.

Durante estos años, Melissa solo una vez se ha soñado con la inocente y le es imposible imaginar cómo sería en la actualidad.

“Siempre pienso en cómo estaría, ya estuviera supergrande y andaría cantando”, comenta su tía.

Melissa también era muy cercana a Kattia Vanessa, ya que durante años compartieron muchas experiencias.

“Mi cuñada era como mi hermana, nos teníamos mucha confianza por nuestro convivir. A veces pienso que fue ayer cuando estaban con nosotros, pero el dolor sigue”, mencionó.

Melissa, además, fue alumna de la profesora de español María Isabel Picado, otra de las fallecidas junto a su hijo Israel Zúñiga, por lo que tuvo que soportar el dolor de perder a cuatro personas cercanas.

“Era mi profesora e incluso me ayudó con los exámenes de bachillerato. De ese día recuerdo que escuché un traqueo de la tierra, de mi casa y de todo cuando la cabeza de agua se llevó las viviendas, el carro y las personas, fue difícil estar ese momento.

“Este es un tema muy difícil, pero a ellos los recordamos con una misa y les llevamos flores a la tumba”.

En este sitio había casas y fue por donde una cabeza de agua del huracán Otto bajó y dejó el cuerpo de la bebé. Foto: Rafael Murillo (Rafael Murillo)

A pesar de todo el dolor, Melissa asegura que tratan de vivir sin temor, pues comprenden que fue la fuerza de la naturaleza la que provocó todos estos daños.

“No podemos estar viviendo con miedo, solo espero que no pase otro huracán, pero lo que está por suceder siempre va a pasar aunque tratemos de huir, los humanos no podemos tener control de los efectos de la naturaleza”, afirmó.

Otto pasó por Costa Rica como huracán categoría 2, con vientos de hasta 175 kilómetros por hora y lluvias de 200 litros por metro cuadrado, que equivalen a las de todo un mes de invierno.

El huracán dejó diez muertos en suelo tico (siete adultos y tres niños), unas 10.831 personas fueron directamente afectadas en Upala y Bagaces, Guanacaste.

Víctimas mortales: Marisa Alvarado Méndez, 45 años (Bagaces); Dennis Alvarado Méndez, 37 años (Bagaces); Joseph Barboza Alvarado, 24 años (Bagaces); Orlando Obregón Jiménez, 44 años (Bagaces); Israel Zúñiga Picado, 11 años (Upala); María Isabel Picado Castro, 38 años (Upala); Vanessa Argüello Castro, 30 años (Upala); Bianca Pichardo Argüello, 1 año y ocho meses (Upala); Dilan Mauricio Cheves Guerra, 8 meses (Upala) y Juana María Francisca Guerrero Agüero, 59 años (Upala).

Alejandra Morales

Alejandra Morales

Bachillerato en Periodismo en la Universidad Internacional de las Américas y licenciada en Comunicación de Mercadeo en la UAM. Con experiencia en temas de sucesos y judiciales.

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